PAU 2025: la IA puede ser una aliada para preparar los exámenes, pero solo si se usa adecuadamente

    Con la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) y los exámenes finales en pleno apogeo, cada vez más estudiantes recurren a herramientas de inteligencia artificial (IA) para reforzar su preparación. “La IA puede ser una gran aliada, siempre que se utilice con criterio, comprensión y sentido común”, afirma Enrique Puertas, profesor de Inteligencia Artificial y Big Data y Director del grupo de investigación en Inteligencia Artificial e Interacción Humano-Máquina de la Universidad Europea de Madrid.

    La IA permite automatizar tareas que antes llevaban mucho tiempo: transcribir clases, generar esquemas, convertir apuntes en podcasts o practicar con cuestionarios personalizados. “El método tradicional es muy estático y consume mucho tiempo. Con la IA los estudiantes pueden acceder a recursos muy dinámicos y variados, desde mapas mentales hasta minicursos interactivos”, señala Puertas.

    A pesar de estas ventajas, el profesor advierte de que, “si no se utiliza con precisión, la IA puede convertirse en un obstáculo más que en una ayuda”. “Si le pedimos las cosas de forma muy genérica, puede generar contenidos demasiado vagos o incluso imprecisos”, explica. Por eso insiste en que “el verdadero valor está en saber formular las consultas de forma adecuada”.

    Cómo usar la inteligencia artificial para preparar la PAU

    Para preparar la PAU, la inteligencia artificial puede utilizarse para personalizar el aprendizaje. “La IA permite reforzar los temas más flojos y acceder a contenidos que antes no teníamos por falta de tiempo”, añade.

    Ahora bien, el uso intensivo de estas herramientas también tiene sus riesgos. “Ya se está apreciando un deterioro en algunas habilidades, sobre todo las relacionadas con la escritura o la planificación de trabajos”, advierte. Y también menciona el riesgo de desinformación: “Las alucinaciones —textos aparentemente coherentes pero erróneos— son un peligro real. Hay que enseñar a los estudiantes a validar lo que reciben”.

    Para Puertas, la clave está en utilizar la IA como un potenciador, no como un sustituto. “La enseñanza no son solo recursos. El factor humano sigue siendo clave en el proceso de aprendizaje”. En este sentido, defiende que el futuro educativo combinará la docencia tradicional con el uso ético y pedagógico de la IA.

    En cuanto al papel del profesorado, sostiene que estas herramientas también ofrecen nuevas posibilidades para el aula. “La IA se puede usar para generar cuestionarios, materiales gráficos o interactivos personalizados. Muchos recursos que antes requerían mucho tiempo ahora pueden desarrollarse con eficacia y adaptarse al nivel del grupo”.

    Sobre los límites éticos, es claro, “depende de la asignatura, de los objetivos de aprendizaje y, sobre todo, de lo que indique el profesor. En algunos casos, puede ser contraproducente; en otros, el uso de IA será una competencia clave para el mercado laboral”.

    Como recomendación a los estudiantes en esta recta final del curso, lo resume, en una palabra: responsabilidad. “Sentido común. Piensa en qué te vendría bien para aprender un tema y busca cómo la IA puede ayudarte, pero pregúntate antes si es ético y si lo estás utilizando de forma correcta. Si se tiene eso en cuenta, se puede aprender mucho más y mejor”, concluye.