Pasión por el Maestro Padilla

Un dueto de lujo, una pareja muy especial para una efeméride determinante en la cultura de Almería. El Auditorio Maestro Padilla ha cumplido veinte años y, el pasado viernes, lo celebró con un concierto en el que la Orquesta Ciudad de Almería (OCAL) y la cantante Pasión Vega han unido su arte para dar vida a grandes temas clásicos.
Fueron casi dos horas de arte, de música, de pasión, de sentimientos, de entrega y de comunión total entre los más de 70 artistas que había sobre el escenario, entre los miembros de la OCAL y Pasión Vega y su equipo, con un público que ha coreado y aplaudido hasta la extenuación, no sólo la tremenda calidad del producto final fusionado, sino también la entrega y la cercanía de Pasión Vega y de los músicos.

La primera parte del concierto ha caminado por los senderos musicales de Manuel de Falla, desde ‘La Vida Breve’ hasta el abrumador ‘Amor Brujo’. Más tarde, Pasión Vega reconocería que “sin Falla, no se entendería la música actual en muchos sitios del mundo ni tampoco se entendería la copla”. Y precisamente Falla ha abierto la segunda parte del concierto, con la ‘Farruca’ de ‘El Sombrero de Tres Picos’. Pasión Vega, quien no ha dejado de reconocer el gran trabajo de la Orquesta, de su director Michael Thomas y de su concertino José Vélez, ha pasado de un escotado vestido de raso negro adornado con cinta roja a una espectacular gasa roja que resaltaba aún más su espléndida sonrisa.

Y con ella, la artista malagueña (aunque nacida en Madrid) ha pasado de la perfecta fusión con la orquesta demostrada en la primera parte del evento a entregarse en cuerpo y alma a los temas que mejor conoce, haciéndose acompañar por los temas de José Alfredo Jiménez, Violeta Parra, Armando Manzanero y de su propio repertorio.

Ahí es donde han tomado protagonismo sus tres músicos acompañantes, Vicente Climent a la batería, José Vera al contrabajo y Jacob Surera al impresionante piano; pero siempre integrados con una milimétrica precisión con la Orquesta, que ahora era la que se adaptaba como un guante a la música de Pasión Vega.

“Estoy muy orgullosa y feliz de poder participar en este 20 Aniversario y por estar acompañada, o mejor dicho, por acompañar yo a esta magnífica Orquesta Sinfónica Ciudad de Almería y su director, Michael Thomas”, ha asegurado Pasión Vega a su público, al que ha propuesto “celebrar el 21 Aniversario el próximo año”. No le ha faltado el “agradecimiento al Ayuntamiento, a todos los que han colaborado en que podamos hacer este evento y a José Vélez, el concertino de la Orquesta, que fue el que me llamó para proponerme la idea”.

Y en el papel de más Pasión Vega que nunca, la artista se ha ido de ‘Ella’ a ‘El Jinete’, interpretando el tema con la entrega que le caracteriza, fusta en mano. Pasión ha ‘Adorado’ a su público, con el que se ha sentido como una misma cosa, repartiendo flores y besos durante toda la noche e incluso adentrándose hasta bien avanzado el patio de butacas.

Más coplera, más flamenca y más andaluza que nunca ha estado en ‘Y sin embargo te quiero’, gaditana en ‘Las Carceleras del Puerto’ y de su propia tierra con ‘Malagueña’. Pasión ha puesto el vello de punta a todos los moradores de este homenajeado ‘Maestro Padilla’ con ‘María se bebe las calles’ y los ha animado con ‘La reina del pay-pay’.

Para los bises, la unión de la Orquesta y la artista se tenía reservada a Manuel Alejandro, con su ‘Procuro Olvidarte’, que Pasión Vega ha culminado con un escalofriante “perdida” pronunciado ‘a capela’.

Pero si toda la noche ha sido un perfecto matrimonio entre público y artistas, posiblemente el mayor simbolismo de esa comunión ha llegado en otro de los temas reservados para el ‘bis’, que Pasión ha introducido recordando que “mi abuelo es de Níjar”, para entregarse después al músico que da nombre al recinto que hoy celebraba su 20 Aniversario. Del Maestro José Padilla ha dicho la artista que “es conocido en todo el mundo”, antes de interpretar junto a la OCAL y de forma espectacular ‘La Violetera’, mientras lanzaba, una a una, las flores de un bello canasto multicolor que la ha acompañado sobre la escena durante los dos últimos temas del concierto. El propio Michael Thomas ha recibido su violeta, cómo no, “pa lucirla en el ojal”; algo que el director de la OCAL ha hecho inmediatamente.

 

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