El próximo 27 de enero de 2019 dejarán de emitirse los billetes de 500 € de curso legal, aunque seguirán circulando y seguirán manteniendo su funcionalidad como medio de pago y depósito y su carácter de activo monetario refugio. Sólo si llegan al sistema bancario, las entidades financieras, como agentes del BCE, procederán a su retirada de circulación. Pero recordamos que estos billetes mantendrán permanentemente su valor y podrán cambiarse en los Bancos Centrales del sistema euro sin límite temporal alguno. 17 de los 19 Bancos centrales europeos dejarán de emitir este tipo de billetes, y sólo Austria y Alemania seguirán haciéndolo hasta el 26 de abril de 2019 por razones logísticas y de uso generalizado de pagos en efectivo en estos territorios.
La razón fundamental de esta retirada es evitar actividades que denominaríamos como informales y, en algunos casos, delictivas ya que el pago en efectivo con billetes de alta denominación suele dejar escaso rastro para su control por las autoridades económicas, fiscales y policiales. En particular, se trata de evitar operaciones de blanqueo de capitales, fraude fiscal, tramas de mercado inmobiliario, tráfico de armas y delincuencia vinculada al tráfico de drogas, entre otros.
En la actualidad, están en circulación 521, 3 millones de billetes de 500€ , en torno al 25% fuera de la zona euro. Resulta interesante señalar que durante el boom inmobiliario, España acaparaba el 26% de los billetes de 500€ emitidos, alcanzando en junio de 2007, la cifra de 113,7 millones de billetes de máxima denominación en la zona euro.
En noviembre de 2018, en España, según nuestro Banco Central y contabilizando los billetes emitidos y retirados, circulaban en torno a 31 millones de billetes de 500€ por un valor de 15.500m€, es decir, el 5,95% de los 521,3 millones que circulaban a nivel mundial.
En esta fecha, los billetes de 500€ representaban en total el 2,4% del total de los billetes emitidos en circulación por un valor de 260.500m€, lo que suponía el 21,7% del valor acumulado del efectivo en circulación.
Las causas de la caída en el interés por este tipo de billetes son múltiples y variadas. En España, podríamos citar:
• La Regularización y control del mercado inmobiliario que ha sido el principal promotor de operaciones de caja con billetes de alta denominación. Este efecto se vio agravado con la entrada masiva de ciudadanos árabes y rusos con el fin de adquirir propiedades residenciales en zonas costeras y que utilizaban, en gran medida, pagos en metálico con este tipo de billetes.
• Cierre de oficinas bancarias, donde se solicitaban por los clientes este tipo de billetes para operaciones de pago de cierta envergadura con el fin de no tener que usar gran cantidad de notas. El cambio de personal en oficina por cajeros automáticos que, por su funcionalidad, no emiten billetes de alta denominación ha sido determinante.
• La escasa operatividad de estos billetes en transacciones comerciales convencionales y la generalización de medios electrónicos para los pagos comerciales convencionales unido al hecho de que la población más joven utiliza cada vez más este medio de pago. Por ejemplo, Suecia, Dinamarca y Noruega realizan sus pagos de toda índole, en un 90%, con tarjeta o medios electrónicos como el móvil y esta dinámica comienza a observarse en la mayor parte de los países europeos como consecuencia de la reducción de las comisiones por uso de medios electrónicos.
• El control, cada vez más exigente que realizan las administraciones tributarias, respecto a las operaciones de compra venta en efectivo. Recordemos que en España, desde 2012, hay una limitación a 2.500€ para pagos en efectivo en las operaciones de compra venta en las que intervenga una empresa o bien que hay que justificar ingresos en efectivo en ventanilla bancaria superiores a 3.000€ en cuentas que no sean las del titular si no se justifica el origen. Sin olvidar que cualquier entrega en metálico en ventanilla bancaria superior a 1.000€ exige la presentación del DNI.
En la siguiente ronda de retiradas tiene todas las papeletas el billete de 200€, dada su escasa representatividad tanto cuantitativa como cualitativa en el masa monetaria circulante del euro y su mínima operatividad transaccional en muchos países de la zona euro, quizás con la excepción de Alemania. En este sentido, resulta de interés señalar que la otra divisa de referencia a nivel mundial como activo monetario refugio, el dólar, tiene denominaciones que no sobrepasan el billete de 100$ tras una experiencia vital muchos más larga que el bisoño euro.
Juan José Rubio Guerrero
Catedrático de Hacienda Pública. UCLM