A pesar del trabajo de grupos de investigación de todo el mundo, la descontaminación de aguas residuales todavía sigue como uno de los retos para la mejora de la sostenibilidad. Todavía no se ha dado con un sistema eficaz y barato, con el que eliminar todos los contaminantes que portan las aguas residuales. Sin embargo, equipo internacional ha dado un paso importante en este sentido, con un nuevo sistema más eficaz, rápido y barato para la descontaminación de aguas residuales, basado en el uso de zeolitas y ozono. Entre otras ventajas, este método facilitará la reutilización de aguas para la agricultura.
Una investigación ha sido llevada a cabo por personal del Instituto de Tecnología Química (ITQ), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), del Instituto Universitario de Seguridad Industrial, Radiofísica y Medioambiental (ISIRYM-UPV), del Instituto de Plaguicidas y Aguas de la Universidad Jaime I de Castellón (UJI) y de la Universidad de Antioquía (Colombia).
Tal y como explica Javier Navarro, investigador del ISIRYM, “la reutilización de aguas es una política que se pretende aplicar, a medio y largo plazo, dentro de la Unión Europea para solventar parte del problema de escasez de este recurso. Las fuentes de contaminación difusa, escorrentías, sistemas de captación de aguas sin depurar o depuradas generan problemas de contaminantes emergentes, como son los fármacos que, si bien tienen una concentración muy pequeña, poseen una elevada actividad metabólica”.
Es por ello que, la eliminación de residuos de fármacos y de otros fitosanitarios de las aguas tratadas por métodos convencionales, por ejemplo, en estaciones depuradoras municipales, “es un paso necesario para reducir la presencia de estos microcontaminantes en las aguas residuales y que puedan ser reutilizadas con total seguridad para las personas y el medio ambiente”, señala Elena Pitarch, investigadora del Instituto Universitario de Plaguicidas y Aguas de la UJI.
Qué ventajas presenta el nuevo sistema para la depuración de aguas residuales
“Este sistema combina tecnologías ya existentes en los procesos de tratamiento de aguas, pero hace uso de catalizadores que aceleran y mejoran el tratamiento. Con nuestro método, es posible eliminar el 90% de los fármacos presentes en unos diez minutos. En ausencia de la zeolita como catalizador, este tiempo se incrementa hasta 25 minutos, lo cual demuestra que la ozonización catalítica es una alternativa que mejoraría el rendimiento económico de la ozonización”, señala Antonio Chica, investigador del Instituto de Tecnología Química (ITQ), centro de la UPV y el CSIC, organismo dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
En este reciente estudio, publicado en la revista Science of the Total Environment, el equipo científico ha demostrado que la utilización de zeolitas comerciales, compuestos económicos y de muy bajo impacto ambiental, en combinación con el ozono permite eliminar compuestos farmacéuticos presentes en aguas residuales. Y lo hace además de forma más rápida y eficaz.
Escalable a plantas depuradoras
Los ensayos se realizaron en aguas reales lo que garantiza la aplicabilidad de la metodología en situación de operación real. Además, la tecnología existente es escalable, con lo que es posible aplicarla en estaciones depuradoras actuales, facilitando así el tratamiento de elevados caudales de agua y su reutilización posterior.
“La utilización de zeolitas junto al proceso de ozonización supone tener un sistema eficiente de oxidación (eliminación) de microcontaminantes escalable a plantas depuradoras actuales y la utilización de una tecnología que no supone un riesgo ambiental posterior. El ozono se descompone en oxígeno y otros compuestos como agua oxigenada mientras que las zeolitas son sustancias inorgánicas que ya se encuentran en la naturaleza y no generan otras sustancias tóxicas o peligrosas. Además, el catalizador, la zeolita, es económico y relativamente fácil de modificar para aplicaciones más específicas”, concluye Ricardo Torres Palma, del Grupo de Investigación en Remediación Ambiental y Biocatálisis de la Universidad de Antioquía.