La economía circular está siendo clave para frenar el cambio climático y dar un nuevo uso a materiales que hasta ese momento tenían consideración de residuos. Ahora, un equipo de la Universidad de Alicante (UA) trabaja con el proyecto ReMETALIZA, en la recuperación de de metales pesados como cromo y cobre presentes en aguas residuales procedentes de las industrias textil, del juguete, del plástico, del calzado y metalúrgica.
El Grupo de Investigación en Electrocatálisis y Electroquímica de Polímeros (GEPE) del Instituto de Materiales (IUMA), formado por formado por Raúl Berenguer, Emilia Morallón y Paula Pérez, pretende aportar un plus de sostenibilidad a estas industrias con amplio arraigo en la Comunidad Valenciana. Los metales pesados recuperados en la depuración de aguas se podrán reutilizar estos sectores u otros, como el sector cerámico, de fertilizantes, etc.
Cómo se recuperan los metales pesados de la industria
El equipo investigador de la Universidad de Alicante ha ideado un método para la recuperación de metales mediante tecnologías electroquímicas, en concreto, mediante electrodiálisis y electrodepósito. El proyecto también incluye la validación de la calidad del material recuperado para garantizar su viabilidad en productos finales.
Según Raúl Berenguer, este proyecto no solo tiene objetivos medioambientales, sino que también promueve la economía circular y la simbiosis industrial, fomentando la transformación de residuos o subproductos de algunos industrias en productos de valor añadido (materias primas secundarias) que pueden ser reutilizados por otras empresas.
Destaca la colaboración entre distintos sectores industriales, impulsando aplicaciones innovadoras para cada uno, como aditivos en plásticos, tecnología PVD/PLASMA para el sector textil y metal, aditivos para pigmentos en productos cerámicos, entre otros.
Berenguer subraya la importancia estratégica del proyecto desde un punto de vista económico, dada la dependencia actual de España de países terceros para estos materiales, y la necesidad de reducir esta dependencia, ya que los suministros pueden verse afectados por cuestiones bélicas o de inestabilidad política de estos países.
Finalmente, recuerda además que la legislación ambiental cada vez es más restrictiva en cuanto a los vertidos de estos metales pesados que, en la mayoría de los casos, son perjudiciales para la salud humana y los ecosistemas.