La acuicultura ha logrado avances notables en los últimos años. En 2022 puso en los hogares españoles un total de 332.800 toneladas de pescado, un 1,9% más que el año anterior; y más del 80% de la lubina, dorada, mejillón y atún rojo consumidos proceden de granjas de peces, según el informe de 2023 elaborado por APROMAR, la asociación que agrupa las empresas del sector. Pese a estas cifras, la acuicultura debe hacer frente a retos importantes. Uno de ellos es dar con una fórmula efectiva para la administración de fármacos a peces.
El manejo del pescado en granjas acuícolas ha experimentado un salto de gigante en los últimos años, sin embargo todavía está muy lejos de llegar al nivel de las explotaciones ganaderas terrestres. Debe mejorar en campos como el desarrollo de sistemas para el control de enfermedades en los animales, que contribuyan a optimizar la actividad, así como a poner en la mesa de los consumidores un pescado de calidad y con todas las garantías de seguridad.
La Fundación Séneca ha decidido impulsar la innovación en las explotaciones acuícolas y contribuir al desarrollo de nuevos modelos para la administración de fármacos a los peces, con la financiación de un proyecto del que saldrán unas nanocápsulas para el transporte de medicamentos.
Cómo son las cápsulas para administrar fármacos a peces de granjas acuícolas
Las cápsulas que contienen los fármacos para peces cuentan con unas particularidades que las hacen muy especiales. Con ellas, se logra llevar el fármaco al organismo del pez y, una vez dentro, lo liberan paulatinamente. Además, cuentan con un aspecto que las hacen todavía más interesantes. Para su elaboración se ha empleado el quitosano, un compuesto que se extrae de cáscaras de gambas, con lo que se abre una vía de aprovechamiento para estos residuos resultantes de la industria del marisco procesado.
El hecho de que se haya escogido el quitosano, un polímero natural obtenido de la quitina y presente en el exoesqueleto de crustáceos, no es casual. Diversos estudios han demostrado que el quitosano interacciona muy bien con la mucina, una especie de moco que recubre a los peces a modo de protección y les aporta su particular tacto resbaladizo, explica la investigadora de la Universidad de Murcia (UMU), María del Mar Collado González, científica principal del proyecto ‘Síntesis y caracterización de sistemas de liberación basados en quitosano y estudio de efectos inmunomoduladores en peces de acuicultura’, adscrito al programa Jóvenes Líderes en Investigación de la Fundación Séneca.
Esta investigadora, adscrita al Departamento de Biología e Histología de la UMU, afirma que el método de encapsulación de fármacos para peces de acuicultura aporta un enfoque nuevo. Por otro lado, con este proyecto se va a profundizar, en el conocimiento que se tiene sobre la interacción entre el quitosano y la mucina.
«Actualmente se sabe que ambos polímeros interaccionan, pero el mecanismo por el cual lo hacen no es conocido. Por lo que este proyecto permitirá identificar las características del quitosano que resultan en una mayor interacción con la mucina».
Qué ventajas presentan los tratamientos con estas cápsulas de nueva generación
Estos tratamientos para peces en granjas acuícolas cuentan con una serie de ventajas que los hacen especialmente interesantes. Aparte de la capacidad ya mencionada de llevar el fármaco al organismo del pez, el empleo de estas nanocápsulas evita tener que manipular los peces, lo que contribuye a una reducción de su nivel de estrés, un factor que afecta a la calidad de su carne y, si alcanza niveles muy elevados, puede provocar la muerte del animal.
La aplicación de los fármacos contenidos en estas cápsulas representa otro reto, sobre todo si los peces se encuentran en una jaula en mar abierto, como suelen ser las granjas de peces repartidas por las costas españolas.
Cómo suministar los fármacos en una granja en mar abierto
En un principio, María del Mar Collado planteó la idea de suministrarlas en el propio pienso, sin embargo este método resulta mucho menos efectivo de lo que parece, ya que es una práctica que «lleva a incertidumbres», en la medida en que impide conocer si el medicamento ha llegado a todos los peces o si ha habido individuos que han comido más de la cuenta.
Por este motivo, el método elegido para dispensación de fármacos consiste en la elaboración de una solución donde se encuentra las nanocápsulas hechas con quitosano. Para su aplicación, se vierte el fluido en jaula y se mueve al conjunto de peces hacia el lugar donde se ha depositado el líquido con el fármaco, con una serie de herramientas de las que se disponen en las jaulas marinas.
Gracias a la acción del quitosano, las nanocápsulas se adhieren a la capa mucosa que cubre a los peces y, de ahí, pasan al organismo del animal, donde liberan el fármaco de manera paulatina, para conseguir el efecto deseado sobre la salud del pez.
Este método parece sencillo, pero en absoluto lo es. Para alcanzarlo, el equipo de María del Mar Collado lleva trabajando desde enero de 2023, cuando arrancó este proyecto, que tiene su horizonte a finales de este mismo año, cuando se presentarán resultados y se buscará la manera de llevarlo al mercado. Sin embargo, el trabajo de esta investigadora de la UMU con el quitosano arrancó mucho antes, en su propia tesis doctoral, presentada en noviembre de 2017, en la que esa investigadora caracterizó el potencial como liberadoras de fármacos, de nanoestructuras de quitosano, fibroína de seda y oro.
Con este proyecto financiado por la Fundación Séneca se pretende dotar de herramientas más avanzadas a la acuicultura, una alternativa sostenible para la producción de pescado y en el que se busca ofrecer productos de calidad y seguros.