La revista Science ha publicado un artículo de Nuria Selva, investigadora María Zambrano miembro del Centro de Estudios Avanzados en Física Matemática y Computación de la Universidad de Huelva (Facultad de Ciencias Experimentales), sobre los daños causados sobre los grandes carnívoros. En su carta, a investigadora de la UHU llama la atención sobre que las propuestas políticas de reducción de las poblaciones de grandes carnívoros, entre ellos el lobo, para disminuir daños a la ganadería “no están fundamentadas y pueden incluso ser contraproducentes”.
Como afirma Nuria Selva, que también es profesora asociada en la Academia Polaca de Ciencias, “los grandes carnívoros desempeñan papeles fundamentales en los ecosistemas, y estos ecosistemas funcionan mejor y son más resilientes cuando tienen todas sus piezas, incluidos los grandes carnívoros”, por lo que ve necesario preservar las poblaciones funcionales de grandes carnívoros, con una implicación de los países de la Unión Europea, contribuyendo así al objetivo comunitario de aumentar la resiliencia de los ecosistemas.
No obstante, como expone la investigadora de la UHU en la carta publicada en Science a finales de noviembre, las políticas para reducir los conflictos entre los seres humanos y los grandes carnívoros necesitan urgentemente evaluaciones científicas de la efectividad de diferentes medidas de mitigación que sean compatibles con los objetivos de conservación”. Pero incide Nuria Selva en que la fiabilidad de estas evaluaciones depende de la implementación de una base de datos europea coordinada y estandarizada con datos FAIR (Findability, Accessibility, Interoperability, and Reusability), esto es, datos que sean localizables, accesibles, interoperables y reutilizables.
Estos principios FAIR se aplican cada vez más a todas las disciplinas científicas, y representan un compromiso para el depósito y el intercambio de datos de la comunidad científica, sociedades, instituciones, repositorios y editores.
Sin embargo, la situación dista mucho de ser ideal cuando se trata de datos sobre los daños causados por grandes carnívoros recopilados por administraciones locales, nacionales o europeas o instituciones responsables. En este sentido, lamenta Nuria Selva que “los datos sobre mortalidad del ganado, incluida la depredación por grandes carnívoros, y los costes económicos derivados, así como los subsidios económicos recibidos por el sector ganadero, están dispersos, son difíciles de obtener, no están estandarizados y no tienen control de calidad”. La investigadora apunta que las propuestas políticas de reducción de las poblaciones de grandes carnívoros para disminuir daños a la ganadería “no están fundamentadas y pueden incluso ser contraproducentes”.