Ganadora de cuatro medallas olímpicas y dieciséis en campeonatos del mundo, Mireia Belmonte es una de las leyendas del deporte español. Pero además de su grandeza en la piscina, la nadadora de la Universidad Católica de Murcia brilla fuera de ella, especialmente entre los jóvenes que la admiran y sueñan con seguir sus pasos.
Es el caso de María, una niña ilicitana que padece una enfermedad rara (mucopolisacaridosis tipo I) para la que necesita un tratamiento especial para paliar la ausencia de una enzima necesaria para descomponer moléculas. El sueño de esta pequeña era conocer en persona a Mireia y hoy lo ha cumplido.
El encuentro ha tenido lugar en el Monasterio de Los Jerónimos, sede de la UCAM, y las emociones han estado a flor de piel cuando María, que estaba acompañada por sus padres y su hermana, se ha encontrado con Mireia y ha podido conocerla. La pequeña, que nada desde que tenía un año y que entrena cinco días a la semana, ha conseguido federarse y competir para emular a su deportista favorita.
Mireia ha elogiado su fortaleza y su ilusión por nadar: “Ha sido muy emotivo. Siempre es bonito ver que una niña tiene en ti una referencia y en este caso ella es nadadora y entrena cada día fijándose en mí y eso es un orgullo que me da mucho ánimo y mucha fuerza para seguir adelante”.
Por otro lado, la campeona olímpica está aprovechando estos días en la UCAM para planificar su curso académico con los profesores del Grado en Publicidad y Relaciones Públicas: “He hecho algunas tutorías. Lo importante es no dejarlo e ir sacando las asignaturas poco a poco. Hay que tener la misma constancia que tengo con el deporte y saber que el día de mañana, cuando deje de nadar, voy a tener una base académica”.
“El objetivo es París 2024 y voy a llegar en la mejor forma posible”
En el plano deportivo, la cuádruple medallista olímpica ha comentado que se encuentra en un compás de espera hasta que encuentre un nuevo técnico: “Estoy en un momento raro porque estoy viendo con qué entrenador voy a trabajar. Estoy preparándome en solitario para no perder la forma y estar lista cuando empiece a entrenar fuerte”.
Lo que tiene claro Mireia Belmonte es que va a fijar el punto de mira en los próximos Juegos Olímpicos en busca de su quinta medalla: “El objetivo es París 2024 y ahí voy a llegar en la mejor forma posible”. Su mayor problema en Tokio 2020 fue la lesión de hombro de la que ha podido ir recuperándose gracias al descanso que se tomó tras la competición: “Cuando acabé los Juegos me pude recuperar del hombro y el dolor bajó bastante. Ahora tengo que entrenar otra vez poco a poco y que el músculo recuerde cómo se nada”.
Lo que no ha decidido todavía es si volverá a competir en todas las pruebas que tenía anteriormente o seguirá con un repertorio reducido para concentrar sus esfuerzos: “El año pasado fue muy difícil y tuve que reducir mi programa a cuatro pruebas. Tengo que escuchar a mi cuerpo y ver cómo reacciona. A partir de ahí tomaré mis decisiones”.