Miquel Roca y Herrero de Miñón, nuevos Honoris Causa de la Universidad de Málaga

Miquel Roca i Junyent y Miguel Herrero de Miñón, ambos ponentes de la Constitución española -que el pasado día 6 cumplió 46 años-, han sido investidos hoy como doctores honoris causa de la Universidad de Málaga, a propuesta de la Facultad de Derecho. El primero ha acudido a la ceremonia presencialmente, mientras que el segundo ha disculpado su presencia a última hora por motivos de salud.

Acto de investidura como doctor Honoris Causa de Miquel Roca por la Universidad de Málaga.

El acto se ha llevado a cabo en el Paraninfo Universitario, presidido por el rector y apadrinado por Ángel Rodríguez-Vergara, catedrático de Derecho Constitucional de la UMA. Teodomiro López le ha hecho entrega a Roca y al padrino de los atributos y símbolos que reconocen sus méritos, como el birrete laureado, el Libro de la Ciencia, el anillo, los guantes blancos y la medalla doctoral.

Numerosas autoridades municipales -con el alcalde, Francisco de la Torre, a la cabeza- y autonómicas han querido arropar con su presencia la labor y la trascendencia política de los dos ‘padres’ de la Carta Magna, autores del texto que hoy rige el marco jurídico español y que redactaron junto a los otros cinco ponentes, ya fallecidos: Gabriel Cisneros, José Pedro Pérez-Llorca, Gregorio Peces-Barba, Jordi Solé y Manuel Fraga.

Siguiendo el protocolo, el decano de la Facultad de Derecho, Juan José Hinojosa, ha leído el acuerdo de Junta de Gobierno por el que se acordaba la unión al Claustro universitario de Roca y Herrero de Miñón. Le ha seguido en el uso de la palabra la secretaria general de la UMA, Elsa Álvarez, quien ha ratificado el nombramiento por decisión del Consejo de Gobierno.

Laudatio

En la laudatio de Ángel Rodríguez-Vergara queda patente, a la vista de sus nutridos currículos, la trascendencia de los dos homenajeados. Como resumen, el núcleo de su discurso, el que alude a la autoría de la Constitución: “El gran mérito de nuestros nuevos doctores honoris causa es, precisamente ese: haber puesto su saber jurídico y político para contribuir, como destacados protagonistas, a la noble empresa de que, por fin, se pusiera de acuerdo toda una generación de españoles”, señala en su escrito laudatorio.

Ha proseguido Rodríguez-Vergara haciendo hincapié en el mérito del hito conseguido en aquella época: “En 1978 nos dieron la Constitución. Claro, que no solo ellos. Herrero y Roca formaron parte, ambos con 38 años, de la ponencia de siete personas que redactó la primera versión de nuestro texto constitucional. Junto a ellos, los otros cinco redactores del texto. Y junto a todos ellos, otros 350 diputados y 265 senadores, los primeros elegidos democráticamente en elecciones libres desde 1936. Y junto a ellos, casi 20 millones de hombres y mujeres que votaron, el 92% a favor, en el referéndum constitucional”.

Como experto constitucionalista, el profesor Rodríguez-Vergara ha reconocido su fervor por la obra de sus apadrinados y ha confesado al auditorio que, cuando llegó a Madrid a estudiar Derecho, precisamente en 1978, “soñaba con encontrarme a la salida del Congreso a Miguel Herrero o a Miquel Roca, o a cualquiera de los demás diputados o senadores de aquellas Cortes Constituyentes, algunos presentes hoy en este acto, y venciendo la timidez que tenía en mi juventud, me hubiera acercado a preguntar: ‘Dígame, por favor, ¿qué han decidido darle a mi país?’, para después escuchar la respuesta que tantas veces he oído en mi imaginación: ‘Una democracia, muchacho’. “Si es que sabes conservarla”.

Miquel Roca

Miguel Herrero de Miñón es, desde 2009, consejero permanente del Consejo de Estado, institución que presidió de manera interina en dos ocasiones. Estudió Derecho en Madrid y, posteriormente, completó su formación en Oxford, París y Lovaina, donde se licenció en Filosofía. Durante su vida política ocupó cargos en UCD y Alianza Popular. También militó en el Partido Popular. Es doctor honoris causa por varias universidades.

Por su parte, el abogado -aún en ejercicio- Miquel Roca es presidente de honor del despacho que lleva su nombre. Estudió Derecho en Barcelona y, como diputado, fue presidente del Grupo Parlamentario Catalán en el Congreso entre 1977 y 1995, así como portavoz de Convergencia y Unión (CiU) en varias legislaturas. Desde 1982 hasta 1995 fue también presidente de la representación de la Generalitat en la Comisión de Cooperación Bilateral con la Administración del Estado. También es doctor honoris causa por varias universidades y secretario de diversos Consejos de Administración.

Agradecimiento

Roca, en su discurso de agradecimiento, ha hecho alusión a la historia de Málaga y ha mencionado las tablas de la Lex Flavia Malacitana, encontradas en un terreno próximo a donde hoy ha sido investido como doctor honoris causa. También ha hecho un repaso de la evolución de la ciudad “y su camino de progreso”. “Por eso me llena de orgullo el reconocimiento que me dais, porque me recordáis que todo cuando hicimos, pactamos, transigimos y consensuamos para dar vida a la Constitución del 78 merecía la pena y sigue valiendo la pena que lo recordemos”, ha declarado.

“Tenemos que seguir defendiendo esos logros con coraje democrático y con orgullo”, ha añadido, al tiempo que ha dado las gracias al Claustro, “ya que con su decisión hoy me siento más exigido por este compromiso (…) Son muchas las cosas que me obligan (a seguir defendiendo los valores de la Constitución), pero este doctorado honoris causa es uno de los mayores”.

En este sentido, el discurso del rector, Teodomiro López, ha girado en torno al honor que supone para la UMA el tener en su Claustro a los dos padres de la Constitución, “ya que su nombramiento simboliza el compromiso de nuestra universidad con los valores que ustedes representan: diálogo, consenso y esperanza”.

Refiriéndose a la Carta Magna, López Navarrete ha destacado que, desde hace casi medio siglo de su promulgación, sigue siendo pilar de estabilidad institucional, protección de derechos ciudadanos y cohesión social, así como un testimonio del valor del consenso en tiempos de incertidumbre. Después de glosar la aportación de ambos juristas a la redacción del texto, los ha considerado un ejemplo “en un tiempo de transición, ya que supieron transformar las diferencias en una riqueza compartida y darnos no solo un marco jurídico, sino una lección de responsabilidad y generosidad histórica”.