Una investigación desarrollada por el departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Alicante (UA) obtiene resultados preliminares exitosos, al utilizar residuos procedentes de la industria cerámica y de vidrio para mejorar suelos destinados a construcción de obra civil.
El objetivo del estudio pasa por minimizar el impacto ambiental derivado de la producción de materiales para estabilizar el suelo, con resultados comparables a los obtenidos con otros tradicionales como el cemento o la cal. Titulado “Mejora y estabilización de suelos con nuevos materiales cementantes revalorizando residuos”, el proyecto está financiado por la Agencia Valenciana de Innovación en colaboración con empresas constructoras.
El investigador de la UA Antonio José Tenza explica que, cuando las propiedades geotécnicas de un suelo no son las adecuadas, puede verse comprometida su seguridad para soportar estructuras de obra civil como, por ejemplo, carreteras o cimentaciones.
Para que un suelo cumpla con los requisitos exigidos de durabilidad y resistencia existen diversas técnicas de mejora de sus propiedades. Una de las más habituales es la estabilización química con el uso de cal o cemento, cuya producción conlleva un consumo muy elevado de materias primas y de combustibles fósiles y produce altas emisiones de CO2.
La investigadora de la UA Marina Micó, quien lidera el proyecto junto a Tenza, subraya que con el uso de desechos de la industria cerámica y de vidrio se minimiza el impacto ambiental derivado de la extracción de materia prima. “Además de revalorizar un residuo al transformarlo en recurso, estabilizar el suelo con este tipo de residuos conlleva una reducción de las emisiones de CO2 y un consumo energético menor”, apunta.
Según los resultados obtenidos, los materiales residuales procedentes de la industria cerámica y de vidrio ofrecen un comportamiento excelente y resultan eficaces en la mejora de suelos de baja calidad, al incrementar sus propiedades mecánicas sin comprometer su durabilidad. El compromiso de la investigación con la mejora del medio ambiente y su impulso a la economía circular contribuye a alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible marcados en la Agenda 2030.
Además de Antonio José Tenza y Marina Micó, en el estudio participan, también, los investigadores Erasmo Cremades, Beatriz del Moral, Andrea Ferre y Francisco José Ibanco. Durante el desarrollo de la investigación, que arrancó a mediados del año pasado y concluirá en 2025, se va a trabajar con las empresas del sector de la construcción Prefabricados Saval Hermanos y Aglomerados Los Serrano, con el objetivo de la puesta en campo de los resultados, para transferir el conocimiento desarrollado en laboratorio.