Los 50 cursos académicos en los que la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga lleva formando profesionales se pueden resumir en datos: 47 promociones, 6.810 médicos al servicio de la sociedad, 1.500 tesis doctorales defendidas, 1.200 tutores clínicos y varios institutos de investigación biomédica y cátedras de mecenazgo orbitando alrededor de la titulación.
Sin embargo, y como ha quedado claro hoy, en el acto central de celebración del 50 aniversario del centro, lo verdaderamente importante es el calado humanístico que se desprende de su funcionamiento. El busto de Hipócrates -el padre de la Medicina- que preside la fachada de la facultad es prueba de ello, así como su lema: «Donde hay amor por el arte de la Medicina, hay también amor por el hombre”.
El acto central del quincuagésimo aniversario se ha hecho coincidir con la celebración del patrón, San Lucas, y ha estado presidido por el rector, José Ángel Narváez; acompañado por el decano, Pablo Lara. Ambos han hecho entrega de los reconocimientos a los integrantes del centro que se han jubilado en los últimos tres años: 24 profesores y personal de administración y servicios.
También se ha homenajeado a los premios extraordinarios de Doctorado: Inmaculada Ruz Maldonado (curso 2016-17), José Miguel Ramos Fernández (2017-18) y Rocío Lorenzo Álvarez (2018-19) y a los alumnos que consiguieron el premio al mejor expediente académico de Grado: Paloma Gallego Fuentes, Gonzalo García Martí y Pedro Fernández Martín.
Medallas de Honor
La que fuera vicerrectora de Personal Docente e Investigador de la UMA, Yolanda García Calvente, ha recibido la Medalla de Honor del centro por su contribución a la hora de paliar el déficit de profesorado. También cuenta con la máxima distinción el alcalde de la capital, Francisco de la Torre, que hoy no ha estado presente en Teatinos, pero al que una comisión del equipo de dirección de la facultad se la entregó en el Ayuntamiento el pasado sábado. Se le reconoce su apoyo a los primeros pasos de la facultad, ya que en 1972 era presidente de la Diputación Provincial de Málaga y su padre, el fundador de la Asociación de Amigos de la Universidad de Málaga, que tanto hizo por la llegada a la ciudad de los estudios superiores.
Y es que, como ha recordado el decano, “la creación de la Universidad es la historia del éxito de nuestra sociedad”. Como también lo es la instauración de los estudios de Medicina. El edificio de la Facultad fue el primero de la Universidad de Málaga en erigirse en el campus de Teatinos. Pero la primera promoción de licenciados fue, en palabras de Pablo Lara, “una promoción itinerante”, dado que empezó en el edificio que hoy ocupa el Archivo Municipal, para pasar posteriormente a La Misericordia y, finalmente, a los sótanos del Hospital Civil.
De los 45 estudiantes que se matricularon en esa primera promoción se ha pasado a las 160 plazas con las que cuenta actualmente el centro para el primer curso. Lara ha mencionado las dificultades que hubo en los inicios de la titulación con un crecimiento de alumnos “inasumible” para los recursos, con encierros en la Catedral para pedir cambios y con ajustes normativos necesarios para seguir adelante.
Planta de palacio
El 3 de abril de 1973 se colocó la primera piedra del edificio en Teatinos, que cinco años después se inauguró. Su planta es reflejo de la arquitectura aúlica francesa, palaciega. “Trabajamos en un palacio”, ha dicho el decano. El Hospital Clínico, por su parte, en el que hacen las prácticas clínicas los estudiantes de Málaga, inició las obras en 1983, si bien no recibió a sus primeros pacientes, trasladados en ambulancias desde el Civil, hasta abril de 1989.
Pablo Lara ha asegurado que, desde entonces, “esta facultad se ha sentido muy acompañada por su hospital”. La simbiosis es necesaria para conseguir el desarrollo de la sanidad en la provincia, donde la presencia de la Universidad en los centros sanitarios -públicos y privados- y viceversa es creciente, con grandes expectativas puestas en el nuevo hospital.
Por su parte, el rector, que es uno de los tres catedráticos de Medicina que ha ostentado este cargo en las cinco décadas de historia de la Universidad de Málaga, ha reconocido la dificultad de hablar en este acto como representante institucional, “ya que este es mi centro, donde estudié -es alumno de la segunda promoción- y donde fui profesor”.
Por eso, ha instado a tomar el aniversario “como un acto de reflexión, porque al celebrar 50 años es momento de hacer un repaso de lo que hemos conseguido, pero también es la hora de pensar en lo que queremos para futuro”.
Dentro de un mes se celebra en Málaga un congreso nacional de la Sociedad Española de Educación Médica, en el que la facultad de Medicina de la UMA tiene protagonismo. Porque, como recuerda la invitación al acto de celebración del 50 aniversario del centro, su día a día, está dirigido “a quienes se esfuerzan por una Medicina más hUMAna”.