Más de un 13% de los adolescentes sanos padece déficit de hierro

Un amplio grupo de investigadores, formado en gran medida por médicos especialistas en pediatría, oncohematología y medicina preventiva, realiza un completo muestreo sobre población de 405 sujetos de entre 12 y 16 años utilizando parámetros ‘no influenciados’.

Ha sido publicado bajo el título de ‘Prevalencia de déficit de hierro y sus factores relacionados en adolescentes sanos’, y sus autores son Tesifón Parrón Carreño, del Departamento de Enfermería, Fisioterapia y Medicina de la Universidad de Almería, junto a los especialistas Ibáñez Alcalde, Vázquez López, López Ruzafa Lendínez Molinos, y Bonillo Perales.

El punto de partida que se ha fijado es la relevancia de la cuestión dentro de la salud pública, ya que el déficit de hierro es una de las principales causas de morbilidad en niños y adolescentes en todo el mundo. No solo eso, ya que puede causar disfunción tanto física como cognitiva, incluso en ausencia de anemia, a lo que se añade que la adolescencia se considera un periodo de especial riesgo, debido a varios factores como pueden ser el crecimiento acelerado, el aumento del volumen sanguíneo, las pérdidas menstruales en chicas, el incremento de la masa muscular en chicos y la frecuencia de dietas inadecuadas, pobres en hierro.

La falta de hierro es frecuente en adolescentes

Por todo ello, la ferropenia es frecuente en los adolescentes, incluso en los países desarrollados, pero la valoración del estado del hierro corporal se ha basado en una serie de parámetros analíticos que pueden alterarse ante un estado de inflamación sistémica.

Es por ello que estos investigadores le han puesto como objetivo a su estudio establecer la prevalencia de déficit de hierro sin anemia (DH) y con anemia ferropénica (AF) en los adolescentes del entorno, en base al receptor soluble de la transferrina (RsTf) y el contenido de hemoglobina reticulocitaria (CHr), de forma que esta determinación no esté influida por la prevalencia de obesidad, y analizar los factores físicos, socioeconómicos y dietéticos relacionados. Y es que en los últimos años la obesidad ha sido reconocida como una de las causas más frecuentes de los estados proinflamatorios, y a su vez es muy frecuente en la población adolescente. En este contexto, recientemente se han estudiado estos nuevos parámetros analíticos no influenciados, los referidos RsTf y CHr, para los cuales este grupo de trabajo propuso valores de referencia.

Las conclusiones extraídas en su estudio dicen que la prevalencia de DH en adolescentes sanos se ha estimado en un 13.3%, evitando posibles factores de confusión en la toma de datos mediante el uso de parámetros analíticos no influidos por los estados proinflamatorios, como se ha dicho. La procedencia de una familia inmigrante, la dieta ferropénica y el consumo escaso de carne y pescado, han sido los identificados como factores de riesgo independientes para presentar DH en adolescentes. A esto se ha llegado después de un trabajo de campo descriptivo transversal, realizado mediante amplio muestreo probabilístico que seleccionó en primera instancia a 509 adolescentes de edades comprendidas entre los 12 y los 16 años, que asistían a uno de los 38 colegios públicos o privados de la ciudad de Almería. El 17% rechazaron participar, por lo que se incluyeron 422 en el estudio. Se excluyeron aquellos que padecieran una enfermedad sistémica o hematológica, los que presentaran unos niveles de Proteína C Reactiva mayor de 0.5 mg/dl y los que hubieran tomado hierro farmacológico en los 3 meses previos. Se realizaron medidas antropométricas y analíticas, y se realizó una encuesta socioeconómica y de hábitos alimentarios.

El análisis estadístico posterior se ha realizado con el programa SPSS 21.0, y, además, para verificar la normalidad de las variables se ha empleado el test de Kolmogorov-Smirnov. En cuanto a variables ‘no normales’, han sido transformadas logarítmicamente para darles normalidad previamente a los análisis. Se ha utilizado el test de T-Student para comparar medias y ANOVA para comparar más de dos grupos. Cabe añadir la realización de una regresión logística multivariante para identificar los factores independientes relacionados con el DH. La obtención de resultados ha dictaminado que sobre los 405 sujetos incluidos, con una mediana de edad de 14 años y un z-score de IMC – 0.01 (-1.63-6.81) kg/m2, hay DH en el 13.3% de los sujetos y AF únicamente en el 1.2%. El DH ha sido más frecuente en las chicas, aunque la diferencia no ha sido estadísticamente significativa. La prevalencia de DH más baja ha sido encontrada en el grupo de adolescentes de 16 años, y la más alta corresponde al grupo de 14-15 años, especialmente alta en las chicas (22.2%).

Los sujetos con dietas ferropénicas ha. presentado el doble de riesgo de DH, también mayor para los que consumen exceso de productos lácteos. Los adolescentes con sobrepeso no han presentado mayor prevalencia de DH, y tampoco ha habido diferencias entre los prepuberales y los que han iniciado la pubertad. Los adolescentes con familias de origen inmigrante sí han presentado mayor prevalencia de DH, aunque la diferencia no ha alcanzado significación estadística en el análisis bivariante. Ni nivel educativo ni nivel socioeconómico, aisladamente, influyen en dicha prevalencia, aunque las familias de origen inmigrante tienen menos frecuentemente estudios secundarios o universitarios. Así, la regresión logística multivariante ha identificado factores independientemente relacionados con el DH provenir de una familia de origen inmigrante, consumir una dieta ferropénica y consumir una dieta con escaso contenido en carne o pescado.

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