Más de mil almerienses fueron obligados a trabajos forzados durante el franquismo

Por Miruna Necula.

Presos del franquismo haciendo trabajos forzados.

Por primera vez se ponen cifras y nombres a la cruda realidad que presos almerienses sufrieron durante la época de la posguerra, quienes intentando huir de una muerte segura en las cárceles españolas, se encontraron con las míseras condiciones de vida en los campos de trabajo forzado.

El investigador del grupo Historia del Tiempo Presente de la Universidad de Almería, Eusebio Rodríguez Padilla, recoge esta realidad en ‘‘Los almerienses esclavos del franquismo 1939-1950. La redención de penas por el trabajo’.

¿Cuál es el adjetivo que mejor describe a este libro?

“Lo genuino, ya que en ninguna parte de España se ha hecho este trabajo sobre nuestra provincia. Hay obras sobre los trabajos realizados en el Canal de los Presos o los Embalses del Alberche, pero no hay nada sobre los presos almerienses, ni cuántos han sido ni dónde estuvieron trabajando”.

Para obtener los resultados descritos en el libro se han necesitado cinco años de una investigación basada en el análisis de 12.200 procedimientos (alrededor de 900 mujeres y 11.300 hombres), de los cuales solo 1.010 resultaron ser presos válidos.

“Date cuenta que era mirar documentación y que de los 12.200, solo salieron 1.010. Es decir que cada doce salía uno. Pero me tenía que ver los once también por si acaso había otro, puesto que en la portada del procedimiento, que podía llegar a tener hasta mil folios, no te venía donde estuvo. Tuve que leerlo página por página y en algún momento determinado podía aparecer que ha sido enviado a tal sitio.”

Así describe Eusebio su investigación mientras nos muestra en la pantalla del ordenador un documento de Excel en el que se refleja toda la información de los 12.200 procedimientos analizados, desde la edad o el sexo hasta los trabajos y labores realizados.

Presos del fraquismo
Presos del fraquismo

Mientras nos enseña el número de mujeres que estuvieron realizando trabajos forzados, nos cuenta la anécdota de cómo una tal Trinidad es, en realidad, un hombre. “Tras cinco años es como si los conociera a todos, son nombres que me van sonando.” comenta Eusebio.

Estos presos, procedentes de todos los municipios almerienses, estuvieron repartidos por toda la geografía española y su característica común era no ser “demasiado peligrosos”, a pesar de haber registrados cinco fusilamientos.

Afirma el autor que no se tuvo consideración con nadie y nos pone el ejemplo de cuatro alcaldes que fueron de la alcaldía directamente a los campos de trabajo por condena. Otro número a destacar son las 16 muertes producidas por tuberculosis, la mayoría de ellas en San Simón (A Coruña). “Hubo 16 personas almerienses que murieron en los campos de trabajo, casi todos por tuberculosis. Y la mayoría de las muertes se produjeron en la Isla de San Simón, en La Coruña. Las circunstancias se nos escapan, ¿no?”.

LA RENTABILIDAD DE LOS ESCLAVOS FRANQUISTAS

¿Cuáles han sido las penas que se le impusieron a estos esclavos? En el libro se explica que una vez llegados a los campos de concentración, es decir, a aquellos lugares en los que se había de realizar el trabajo forzado, se les escribía una ficha fisio-técnica, en la que se registraba la edad, el sexo o la fuerza corporal.

“Fueron muy valorados para el Valle de los Caídos, los canteros de Macael y de Serón, además de los mineros para el manejo de los explosivos ya que en este período se ponen en explotación muchísimas minas.”

La peligrosidad de estos presos era nula, lo más grave que podían llegar a hacer era escapar, pero incluso ni esta era una opción ya que todas las carreteras estaban controladas por la Guardia Civil. No olvidemos que el castigo por esto sería volver a la prisión, y volver a la prisión significaba “hacinamiento, enfermedades, malnutrición y posiblemente muerte”.

Se calcula que estuvieron trabajando unos noventa o cien mil presos en “en estas colonias penitenciarias militarizadas para el Estado.” Su rentabilidad queda reflejada en el sistema de salario que se les imponía, ya que a un trabajador se le pagaban dos pesetas al día, de las cuales una y media se la quitaban para que pudiera comer, lo que era un ahorro total para la Hacienda Pública.

Valle de los caídos en construcción.
Valle de los caídos en construcción.

“Eran como un filón el tener gente trabajando por todas las empresas de España y que su sueldo fuera para la Hacienda Pública. Eran presos mal alimentados y mal vestidos, y cuya docilidad condicionaba su vuelta a la prisión. Vivían en los barracones de madera en los mismos puestos de trabajo. Eran muy rentables, sobre todo porque las empresas utilizaron mucho el destajo. Una gente con unas condiciones muy esclavas tenían objetivos muy difíciles de alcanzar.”

CONDICIONES DESFAVORABLES: DIETAS Y PENAS

Para hacernos una idea de las condiciones de vida de estas personas, Eusebio nos cuenta cómo era su dieta diaria para una jornada de doce horas de trabajo. ¿Cómo logra llegar esta información hasta nosotros? Resulta ser que el jefe de destacamento es procesado dentro de su mismo régimen por quedarse con la comida.

“El desayuno era un café. La comida era una comida de un solo plato y una cena de un solo plato.”

A pesar de ser platos, como la fabada asturiana o el cocido andaluz, que normalmente deben de tener un alto contenido calórico, en realidad contenían unos tres kilogramos de chorizo o cinco de morcilla para un total de 400 personas. Esta falta de ingredientes se complementaba, sin embargo, con 150 kilos de patatas.

¿Cuál es la pena que más le ha impactado?

“Todas eran impactantes, lo anecdótico era que tenían que hacer un examen de religión para poder ir allí, además de que tenían que tutelar a su familia a la religión y a los buenos modos de vida franquista. Verás, la dignidad es lo más importante en el ser humano, cuando te arrebatan la dignidad, ya no eres un ser humano, no eres nada. Cada uno en su nivel puede ser más rico o más pobre, pero la dignidad es fundamental para ser persona, ya sea hombre o mujer. Lo que allí les hacía era deshumanizarlos, y sin duda esta es la pena más impactante. Dejaban de ser personas ya que a ojos del régimen eran comunistas o republicanos. A modo de anécdota, imagínate a un comunista cantando el “Cara al Sol”… .”

ALMERÍA EN EL OLVIDO

“Entonces llego a Almería hará unos veinte años y no hay nada. Absolutamente nada de lo que es represión, de lo que es el trabajo esclavo.”

Afirma nuestro autor que su fuente de inspiración ha sido la ausencia de escritos sobre lo sucedido en la provincia de Almería y la poca valoración que incluso los propios almerienses hacemos de “lo nuestro”. Como Historiador Almeriense que ha tenido que pasar demasiado tiempo fuera gracias a su trabajo, Eusebio afirma que“estamos descuidando la casa propia”.

Eusebio Rodríguez Padilla.
Eusebio Rodríguez Padilla.

HACER DEMÓCRATAS

Eusebio logra dar voz a aquellos que no la tuvieron. Para ello ha creado un índice topográfico que encontraremos al final del libro en donde nombra a cada uno de los presos víctimas de la esclavitud franquista, lo que acerca al lector a uno de los aspectos más olvidados de la Guerra Civil.

“El conocimiento es fundamental” y por eso nuestro autor recomienda utilizar este libro como una herramienta escolar para complementar la enseñanza sobre la Historia de España. ¿Por qué? “Porque hay que hacer demócratas. Hay que hacer demócratas en España. Se han perdido las nuevas generaciones que se creen que la democracia viene regalada, pero en realidad la democracia hay que lucharla todos los días. Hay que hacer demócratas porque si no surgen las vueltas, las añoranzas a un pasado negro, pero que lo pintan muy bien ya que fue muy bueno para ellos debido a que podían hacer lo que querían”.

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