En la última edición de este programa de aprendizaje y movilidad, veintitrés jóvenes de la provincia se beneficiaron de las becas Hércules y realizaron prácticas profesionales en países de la Unión Europea, concretamente en Alemania, Francia, Reino Unido, Portugal, Polonia e Irlanda. Estas becas costean la estancia, manutención, transporte y formación lingüística del idioma del país en el que los beneficiaros permanecen entre 14 y 24 semanas. Además de recibir orientación laboral y preparación en materia lingüística y cultural, llevaron a cabo prácticas profesionales en empresas de ámbitos tan variados como los recursos humanos, el marketing, la hostelería o los seguros.
El objetivo del Proyecto de Movilidad Hércules III era mejorar las aptitudes y competencias personales de los participantes fuera de su entorno, complementando su formación previa con una estancia en el extranjero. Para ello, durante las cuatro primeras semanas, los becarios y becarias asistieron a cursos de preparación lingüística y cultura sobre su país de destino, así como a sesiones de orientación laboral.
Las siguientes 11 o 20 semanas desarrollaron las prácticas en empresas para mejorar su experiencia profesional y su preparación para encontrar un empleo, además de conocer otras formas de vida y de organización del trabajo en países de la Unión Europea. Durante toda la estancia la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo y los socios de acogida realizaron un seguimiento y tutorización de los becados.
Para acceder a este programa, los aspirantes debían tener entre 18 y 30 años, estar registrados en el Servicio Andaluz de Empleo como desempleados y haber participado en algún curso de Formación Profesional para el Empleo subvencionado por la Junta de Andalucía. Igualmente, tenían que poseer algún conocimiento básico del idioma del país de destino o, en su defecto, de inglés, materia sobre la que debieron superar una prueba en el proceso de selección.
El programa Leonardo Da Vinci fue creado por el Consejo de la Unión Europea mediante decisión de 6 de diciembre de 1994 para poner en marcha una política de formación profesional en los países miembros de la unión cuyo principal objetivo es promover nuevos enfoques en las políticas y prácticas de formación profesional inicial y continua.