El ex presidente del Gobierno y actual presidente del Comité de Sabios de la Unión Europea, Felipe González, ha pedido hoy en la Universidad un esfuerzo para que Europa abandone el despiste en el que se ha movido los últimos veinte años y anticipe medidas que ayuden a salir de la crisis económica. “Ahora toca arrancar de nuevo y lo que se necesita es tener clara la política pública y privada que quiere desarrollarse”, decía González, que ha impartido una conferencia en el Auditorio de la Universidad de Almería con la que ha concluido el II Foro para el Debate de las Ideas impulsado por la institución académica.
Felipe González también aludía a los esfuerzos que está realizando el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero por explicar las medidas de ajuste puestas en marcha y las soluciones que, al respecto, aporta la oposición. “No se lo he oído decir al Gobierno, pero hay algo muy fácil que es echar cuentas: con las medidas que dice la oposición, el ahorro es de 1.200 millones de euros, cuando lo que se necesita es que ese ahorro sea de 15.000 millones. Lo que está vendiendo el PP sí es realmente el chocolate del loro. Hay que pasar de la literatura a las matemáticas; hay que pasar de las frases bonitas a los hechos”, señalaba, que ha acusado al PP de “querer ponerse de perfil para no mojarse con la crisis”.
González ha hablado por primera vez –y según ha asegurado en la Universidad, posiblemente la última ante un gran auditorio- de las propuestas que hace el Comité de Sabios para solventar la crisis económica, que en Europa se está sintiendo con especial virulencia. La explicación, según él, es que en los últimos veinte años, Europa no ha sido capaz de ver el cambio que se avecinaba en el mundo: en los últimos 50 años, la economía mundial dependía de tres grandes potencias, Estados Unidos, Japón y la propia Unión Europea. En los próximos 15, esa tendencia se invertirá y las potencias mundiales serán China, India o Brasil, “ni Europa ni Estados Unidos”. “No se debe abandonar el acervo ‘museístico’ de Europa, pero no debemos dejar de ser un laboratorio como ocurrió en el siglo XIX”.
Esa misma idea, la de ser un laboratorio de ideas a la vanguardia y no a la retaguardia de los avances sociales ha dicho González que deben ser las Universidades. “Llevamos veinte años distraídos, sin ocuparnos en serio de la I+D+i y la transferencia de la investigación al mundo real sigue sin producirse. Hemos hecho un ‘esfuercito’ y la crisis nos está afectando más porque Europa se basaba en un círculo virtuoso. Como vivimos aquella sociedad estamos defendiendo un fantasma que si no cambiamos, no lo vamos a poder sostener ni aguantar. Una parte se resuelve con I+D+i y otra comprendiendo que la retribución tiene que ir ligada a la productividad. Si no, estamos muertos”, afirmaba.
Felipe González, que ha vuelto a demostrar su innata capacidad de oratoria, ha hablado durante más de una hora de los retos del futuro. De los retos de España y de Europa y también de la educación: apuntaba que hay que recuperar la Formación Profesional y que “desde la básica hay que meterle mano a la educación”. Y al hilo de esto, señalaba que el problema de la sociedad europea, que es una sociedad “bien educada” es que es una sociedad “vieja”. “La tasa de reposición es de cada dos parejas, tres niños. La demografía es un problema estructural gravísimo”, afirmaba. Es más, decía que si se aplica la tendencia demográfica actual, en el año 2050, Europa tendrá 70 millones de personas menos de población activa “y a final de siglo habrá un dependiente por cada activo”. “Lo que tienen que entender los Gobiernos y también la sociedad es que las mujeres deben incorporarse al mercado laboral y deben tener posibilidades de parir y de seguir desarrollándose profesionalmente”, y añadía “eso, lo debe entender fundamentalmente la sociedad”.
Además de los problemas demográficos, González aludía a los de consumo energético y al cambio global y pedía un compromiso y una “apuesta en serio” para solucionar este problema.
“Es cierto que no tenernos una tradición de innovación básica, pero tenemos que aprovechar nuestra creatividad. La poca gente que innova no está parada. Tenemos que asumir esa cultura y cambiar la mirada hacia los empresarios emprendedores”. “En estos momentos de crisis”, decía, “toca arrancar de nuevo”.