Moya nació en el barrio de Pescadería y comenzó a pintar a los 12 años. Posteriormente estudio en la Escuela de Artes y Oficios de Almería, decantándose por la pintura. “Mis principios los recuerdo con cariño. Mis primeras obras se las lleve a Julio Visconti, eran dos retratos y él me animó desde el primer momento para que continuara con la pintura. Y le hice caso”.
Moya, que es pintor de profesión asegura que “en lo que me ha beneficiado ser pintor es que estoy todos los días liado con los colores”. El artista vive con pasión su trabajo. “Durante el día estoy pintando paredes y cuando llego a casa continuo pintando pero esta vez en el lienzo. Me gusta rescatar de la vida muchas aquellas cosas que pasan desapercibidas para mostrarlas al óleo.
Una de sus pasiones en la pintura es el color. “Desde los 12 años me fije el patrón de Sorolla y se nota esa influencia en toda mi obra. En esa obra hay una gran carga de luminosidad y mostrar los colores muy limpios”. En el Faro, Moya ha sorprendido con una muestra de mucha calidad, donde se ve al artista más maduro.