La gestión del agua en el cambio climático es fundamental para controlar el cambio climático. Para Javier Cabello, profesor de la Universidad de Almería, “el agua es un buen trasmisor de la señal de cambio y de bienestar humano, y de los cambios de uso de suelo. Es un factor clave para entender nuestra relación con el cambio global. Estamos modificando el comportamiento del ciclo hidrológico: está cambiando el agua que cae y cómo cae”. Estas declaraciones se han vertido en el curso “Agua, medio ambiente y sociedad en la cuenca del Almanzora” que ha comenzado hoy en Albox
El investigador explicaba que en 2005 apareció el primer informe sobre cambio climático. A la vuelta de cuatro años, incluso menos, la realidad de cambio climático es evidente. Según destacaba, las tendencias observadas hace ya algunos años indicaban un aumento de las temperaturas y menos lluvias. “Si mantenemos la concentración de gases de efecto invernadero, avanzaremos aún más en esa línea, con lo que habrá más sequías y olas de calor. Hasta ahora, quienes apuntaban que esto podía suceder no se han equivocado”, explicaba el profesor de la Universidad de Almería.
“Lo que sabemos es que los ecosistemas van a responder en el futuro de forma compleja y es importante saberlo cuando se planifica la evolución del territorio. Se requieren respuestas particulares para cada una de las situaciones”, decía Cabello.
La evolución de los ecosistemas se hace a través de imágenes de satélites, que como son capaces de medir longitudes de onda, pueden responder si en esos ecosistemas se hace más o menos fotosíntesis dependiendo de la longitud de onda que ofrezcan. “Si no hay grandes variaciones en la precipitación e incrementamos la temperatura, los ecosistemas hacen mal la fotosíntesis y crece la biomasa: eso está pasando en todo el territorio, pero sobre todo en el norte de la península. En aquellas zonas más intervenidas por el hombre se nota menos porque hay una mayor intervención sobre el ciclo de agua”, apuntaba.
Por tanto, explicaba el profesor Cabello, el agua es un factor climático pero también un agente de cambio que nosotros modificamos sobre el paisaje. “Es un vector que comparte problemática del cambio climático y de ordenación del territorio. El cambio climático no es el principal efecto sobre el planeta, sino nuestra intervención sobre el paisaje”, afirmaba.
Este investigador señalaba también que en general se tiende a pensar que para luchar contra el cambio global se necesita una estrategia global. “No es así, las circunstancias nos están demostrando que hay que poner en marcha una gestión local e intervenir localmente también”.
Ante un auditorio conformado por medio centenar de alumnos del IES Martín García Ramos, este profesor de Biología ha puesto el ejemplo de las acequias de careo que ya hace mil años cambiaron el uso del agua en toda la Alpujarra. Otro ejemplo es el de las balsas de Las Norias como consecuencia del uso dado al acuífero, unas lagunas de origen absolutamente artificial que han dado lugar a un embalse ya de gran envergadura.