Almería será el punto de partida de la embajada del bicentenario de la Constitución de 1812, popularmente conocida como ‘La Pepa’. Tras una reunión mantenido entre el presidente de la asociación Herederos de 1812, José Piñeiro, y el periodista almeriense, Paco Benítez-Aguilar, se acordó que el proyecto de divulgación del bicentenario de la Carta Magna de 1812 parta desde Almería para recorrer el resto del país.
La campaña pretende recorrer todas las provincias españolas, con presentaciones institucionales, charlas en centros docentes y divulgación de los contenidos históricos, las biografías de los personajes que intervinieron en las citadas Cortes de 1812, conocida como ‘La Pepa’, la influencia de la Constitución gaditana en la historia de España y de todo el continente americano.
La asociación, que ha llegado a un acuerdo para la difusión internacional de su actividad a través de EFE, como agencia oficial del acontecimiento, pretende que la Constitución de Cádiz sea conocida no sólo por investigadores, historiadores y políticos, sino por toda la ciudadanía y en especial, por los estudiantes.
El programa incluye charlas coloquio, proyección de audiovisuales y edición de libros y folletos explicativos del acontecimiento que harán de Cádiz la capital iberoamericana en 2012.
La Constitución española de 1812 fue promulgada por las Cortes Generales de España el 19 de marzo de 1812 en Cádiz. La importancia histórica de la misma es grande, al tratarse de la primera constitución promulgada en España, además de ser una de las más liberales de su tiempo. Respecto al origen de su sobrenombre, la Pepa, fue promulgada el día de San José, de donde vendría el sobrenombre de Pepa.
Oficialmente estuvo en vigencia dos años, desde su promulgación hasta el 24 de marzo de 1814, con la vuelta a España de Fernando VII. Posteriormente estuvo vigente durante el Trienio Liberal (1820–1823), así como durante un breve período en 1836-1837, bajo el gobierno progresista que preparaba la Constitución de 1837. Sin embargo, apenas si entró en vigor de facto, puesto que en su período de gestación buena parte de España se encontraba en manos del gobierno pro-francés de José I, el resto en mano de juntas interinas más preocupadas en organizar su oposición a Jose I, y el resto de los territorios de la corona española (los virreinatos) se hallaban en un estado de confusión y vacío de poder causado por la invasión napoleónica.
La constitución establecía el sufragio universal, la libertad de imprenta, abolía la inquisición, acordaba el reparto de tierras y la libertad de industria, entre otras cosas.
