El poeta granadino Justo Navarro fue el protagonista del Aula Municipal de Poesía que organiza la concejalía de Cultura de Almería y que patrocina la Fundación Unicaja. El autor de Mi vida social comenzó leyendo el poema Sesión de espiritismo. El autor granadino comentó que “la poesía y la literatura sirven para invocar a los fantasmas. Uno se pone a escribir para que te invoquen los fantasmas, y a mí no paran de invocarme, y si salgo corriendo es que alguno me ha llamado al teléfono móvil”.
“Yo llevaba un montón de años sin escribir poemas y de pronto me vi escribiendo un poema titulado Corazón de oscuridad. Había llegado mi fantasma poético. Reuní todos los poemas que escribía por la noche como si fuera un diario y monté un libro. Bueno realmente lo acabé en Pisa donde estuve seis meses viviendo. Para que no dijeran que era mi vida, el libro lleva una aclaración, donde explico que los hechos que se describen ocurren entre 1959 y 1994 y los personajes son de ficción”, comentó Navarro.
El escritor y poeta granadino que destacó que la infancia y la familia aparecen en su poesía fue desgranando los poemas de su último libro Mi vida social. “En realidad no escribo poemas, sino que duermo fatal por la noche, entonces procuro quedarme dormido uniendo unas palabras con otras, como el que hace un crucigrama o el que se aprende los verbos irregulares ingleses. Yo me voy inventando los poemas y por la mañana prefiero que se me olvide. Si pasan cuatro o cinco días y no se me olvidan los apunto en unos papelillos, que son los que luego copio en mi ordenador”, confesaba el autor.
Por su parte, el profesor de Literatura, José Andújar aseguró en la presentación del poeta granadino que “Justo Navarro es un poeta de cuerpo entero, es un grandísimo poeta que a estas alturas lleva en su haber tres libros de poemas. Navarro ha tenido una labor literaria ininterrumpida, es verdad, que empezó con dos magníficos libros de poemas y que continuó con una serie de novelas que han merecido el aplauso y la atención lectora, pero también es cierto que es un autor que no ha estado lejos de la poesía estos años, o bien como traductor, o bien haciendo novelitas”.
Andújar contó que “conocí la poesía de Justo Navarro justo cuando deja de escribir poemas. Encontré en Granada lo que era su segundo libro Un aviador prevé su muerte, y desde ese momento quedé fascinado con su poesía”.
Con respecto al primer libro de poemas de Navarro, el crítico José Andújar subrayaba que “Los nadadores es un primer libro que no parece un primer libro. De entrada sorprende su andamiaje técnico. Las rimas imposibles se cargan de naturalidad gracias al exquisito uso que su autor hace del encabalgamiento. Destaca, por supuesto, la riqueza de lenguaje, la variedad de metros, pero sobre todo la insólita audacia de las imágenes o de la analogía que busca siempre el recorrido más insospechado entre dos puntos, una analogía con las capacidades de comprimir el mundo en una pelota de ping-pong”.
