Padres y abuelos acabaron ayer sentados sobre el piso de La Glorieta -como no hacían desde su infancia- compartiendo el relato elaborado por sus pequeños. Decenas de versiones distintas del tradicional Garbancito se cruzaron bajo los toldos de tul instalados por la compañía Escenoteca y el personal técnico de la Concejalía de Cultura, Educación y Festejos.
A las 22:00h comenzaba el primer espectáculo de la IV Vive Septiembre, semana dedicada a la promoción de la cultura que antecede a la Feria de Otoño y organiza el Ayuntamiento de Níjar.
La Glorieta se presentaba engalanada con minúsculas casitas, a modo de tiendas apaches, en tul verde… toda una invitación para la curiosidad de jóvenes y mayores.
Comenzó la noche con el relato del cuento de Garbancito en un rincón de la plaza, un relato que, gracias a la expresividad de los componentes de Escenoteca, contagió a los pequeños de gestos, rimas y canciones.
Tras ello, se les entregó a los pequeños una caja con todo lo necesario para confeccionar su propia versión del cuento: lápices de colores, siluetas de los protagonistas, pegamento, algodones, calcetines y, hasta, azafrán. El trabajo en mesas compartidas ocupó gran parte de la noche infantil.
Y luego, la puesta en escena, para lo que contaron con la complicidad, la agilidad, las risas y aplausos de sus mayores. Era el relato de cada niño a sus mayores, contado desde cada pequeño escenario que constituían las tiendas de tela.
Decenas de cuentos con un hilo común: el calcetín convertido en buey, los algodones en nubes,… que convirtieron a La Glorieta en una fábrica de cuentos, de imaginación y de sueños infantiles.