El arqueólogo almeriense Julio Mercader de la Universidad de Calgary (Canadá) ha encontrado en una cueva de Mozambique las primeras pruebas de que los humanos modernos se alimentaban de cereales silvestres y tubérculos hace más de 100.000 años. El estudio se publica esta semana en la revista Science.
El consumo de cereales silvestres entre los cazadores y recolectores de la prehistoria parece ser mucho más antiguo de lo que se pensaba, según un arqueólogo de la Universidad de Calgary (Canadá) que ha descubierto el ejemplo más antiguo de la fuerte dependencia de una dieta a base de cereales y raíces de los primeros Homo sapiens hace más de 100.000 años.
El arqueólogo Julio Mercader (Almería, 1966), titular de la Cátedra de Investigación de Canadá en Arqueología Tropical del Departamento de Arqueología de la Universidad de Calgary, recuperó de una profunda cueva en Mozambique docenas de herramientas de piedra que muestran que el sorgo silvestre, antepasado del principal cereal consumido hoy en el África Subsahariana en harinas, panes, gachas y bebidas alcohólicas, se almacenaba en la despensa del Homo sapiens junto con palma de vino africana, platanera de abisinia, gandules, naranjas silvestres y “patata” africana.
Esta es la primera prueba directa en el mundo del uso de cereales “predomesticados” entre humanos. Los descubrimientos de Mercader se publican el 18 de diciembre en la prestigiosa revista de investigación Science.
“Esto amplía la cronología del uso de semillas de plantas por nuestra especie y atestigua que nuestra dieta es amplia y sofisticada desde mucho antes de lo que pensábamos”, afirma Mercader. “Esto ocurrió durante la Edad de Piedra media, una época de la que se pensaba que la recolección de cereales silvestres era una actividad irrelevante y sin tanta importancia como la recolección de raíces, frutas y frutos secos”.
En 2007, Mercader y sus compañeros de la Universidad Eduardo Mondlane de Mozambique excavaron una cueva de piedra caliza cerca del lago Niassa utilizada de forma intermitente por antiguos forrajeadores durante el transcurso de más de 60.000 años.
En la profundidad de la cueva, encontraron docenas de herramientas de piedra, huesos de animales y restos de plantas, indicios de las prácticas alimentarias prehistóricas. El descubrimiento de varios miles de granos de almidón en las espátulas y molinos de grano manuales excavados demostraba que el sorgo silvestre se traía a la cueva y se procesaba de forma sistemática.
“Se ha supuesto que el uso del almidón representa un paso crucial en la evolución humana al mejorar la calidad de la dieta en las sabanas y bosques africanos, donde la línea de humanos modernos empezó a evolucionar. Este podría considerarse uno de los primeros ejemplos de la transformación de la dieta”, explica Mercader. “La introducción de cereales en nuestra dieta se considera un paso importante en la evolución humana debido a la complejidad técnica y a la manipulación culinaria que se necesitan para moler los cereales”.
Mercader dice que las pruebas se corresponden con el uso de semillas de plantas por parte de cazadores y recolectores en muchas partes del mundo durante las etapas finales de la última Edad de Hielo, hace aproximadamente 12.000 años. En este caso, la tendencia data de principios de la Edad de Hielo, unos 90.000 años antes.