España tiene el objetivo de alcanzar los 5 millones de vehículos eléctricos en 2030. La paridad de precios se alcanzará en el período 2025-2027 según un estudio. Son necesarios estándares de CO2 más estrictos
En 2027, a más tardar, resultará más barato fabricar furgonetas y automóviles eléctricos que vehículos propulsados por combustibles fósiles en todos los segmentos en Europa, según recoge un estudio realizado por BloombergNEF (BNEF) para Transport & Environment (T&E). El informe concluye que, como consecuencia, los vehículos eléctricos de batería podrían representar el 100 % de las ventas de vehículos nuevos en toda la UE en el año 2035, siempre que los legisladores adopten políticas y medidas adecuadas, como el establecimiento de objetivos de CO2 más exigentes.
Ante esta situación, T&E junto con ECODES hacen un llamamiento a la UE para que sea más exigente con los objetivos de emisiones para la década de 2020 de cara a fijar el final de la venta de vehículos nuevos de diésel, gasolina y gas para el año 2035.
Según las proyecciones de BNEF, a partir de 2026 será igual de barato producir sedanes (segmentos C y D) y vehículos SUV eléctricos que sus equivalentes de gasolina, mientras que los automóviles pequeños (segmento B) estarán en esa situación a partir de 2027. Gracias a la bajada de los precios de las baterías [1] y a las líneas de producción especializadas en vehículos eléctricos, su precio medio será más barato incluso sin tener en cuenta las ayudas y subvenciones.
En este sentido, el informe advierte que el desarrollo rápido de la producción y de las ventas de vehículos eléctricos es esencial para la reducción de costes y para lograr que los consumidores se pasen a lo eléctrico de forma generalizada en el futuro. Para T&E esto sólo se conseguirá si se endurecen los objetivos de CO2 para los fabricantes de vehículos en la década de 2020, incluido un nuevo objetivo para 2027.
Isabell Büschel, Directora de T&E España, ha declarado que: “Las familias y los profesionales que necesiten cambiar su vehículo pueden estar seguros de que su próximo vehículo será eléctrico. La barrera del precio habrá desaparecido. Si el dinero de los fondos de recuperación se gasta sabiamente, la producción local de vehículos eléctricos debería ponernos en una situación favorable tanto para el clima como para la economía de Europa. Para que esto ocurra, España debe apoyar objetivos de CO₂ más exigentes a escala comunitaria por el bien de los bolsillos de los consumidores y por la salud del planeta”.
Por otro lado, el estudio de BNEF también señala que las furgonetas ligeras eléctricas serán más baratas que las furgonetas de diésel a partir de 2025, y que lo mismo ocurrirá con las furgonetas pesadas a partir de 2026. En la actualidad este tipo de vehículos representan sólo el 2 % de las ventas porque las normativas que regulan las emisiones no suponen un estímulo para que los fabricantes inviertan en este segmento.
Los legisladores comunitarios deberán establecer objetivos de CO2 más exigentes, así como cuotas específicas para las ventas de furgonetas eléctricas, con el propósito de aumentar la inversión y el número de modelos eléctricos en el mercado.
Las furgonetas y los automóviles eléctricos de batería podrían alcanzar el 100 % de las ventas de vehículos nuevos en 2035, incluso en el sur y el este de Europa, si los legisladores endurecen los objetivos de CO2 y refuerzan otras políticas a fin de estimular el mercado, como un despliegue más rápido de la infraestructura de puntos de carga.
Si el desarrollo de los automóviles eléctricos de batería se deja en manos del mercado sin aprobar políticas adicionales, estos sólo alcanzarán el 85 % de cuota de mercado de la UE en 2035. Por su parte, las furgonetas eléctricas sólo llegarán al 83 %, con lo que no se logrará el objetivo de descarbonización para el año 2050.
Cristian Quílez, del Área de Políticas Públicas y Gobernanza Climática de ECODES, concluye que “lograr que el 100 % de las ventas de automóviles y furgonetas sean de vehículos eléctricos puros en el año 2035 es de sentido común si se quiere cumplir el objetivo de descarbonización en 2050. España tiene el potencial de convertirse en un centro europeo de movilidad eléctrica si se materializa un ecosistema favorable para ello.
La fijación de objetivos de CO₂más exigentes, una reforma fiscal coherente y el despliegue de la infraestructura de carga eléctrica son factores determinantes. En cualquier caso, la apuesta no debe pasar por cambiar todos los vehículos de combustión actuales por eléctricos, sino por reducir su número e impulsar la movilidad activa y el transporte público de cero emisiones”.
T&E y ECODES subrayan que la Comisión Europea deberá fijar una fecha para el fin de las ventas de vehículos nuevos que utilizan combustibles fósiles en junio, cuando presente su propuesta de endurecimiento de los objetivos europeos de CO2 para los automóviles. El pasado mes de abril 27 empresas europeas hicieron un llamamiento para que los legisladores comunitarios fijen el final de la venta de furgonetas y automóviles de combustión nuevos en 2035.
Además, una reciente encuesta mostró que el 63 % de los residentes urbanos en Europa apoyan la prohibición a partir de 2030. Finalmente, al menos siete fabricantes de automóviles y diez países europeos han anunciado planes para eliminar gradualmente los automóviles convencionales. No obstante, sin un compromiso claro por parte de la UE, estos plazos se limitan a ser voluntarios o como mucho inciertos en cuanto a su exigibilidad.