Un estudio del Instituto Ingenio, Instituto INGENIO, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Politecnica de Valencia (UPV), ha analizado la capacidad de innovación verde de los países en relación con su desigualdad socioeconómica, y ha desvelado que los países que están más expuestos al cambio climático son también los que menos recursos tienen para protegerse de él.
El estudio concluye que la desigualdad afecta más a la capacidad de innovación de los países de nivel medio que los de ingresos altos. Y lo que es más importante, la disminución de la desigualdad puede abrir oportunidades de desarrollo verde para los países que se están poniendo al día.
Los países con más desigualdades socioeconómicas internas ven limitada su capacidad de innovación verde. Al mismo tiempo, en los países con más ingresos, las desigualdades internas del país no suponen tanto lastre a la hora de innovar, según se detalla en un estudio publicado en la revista Structural Change and Economic Dynamics.
Según apuntan los autores del estudio, la mayor parte de las investigaciones sobre las tecnologías verdes se centra en los motores que facilitan su desarrollo, mientras que se descuidan las barreras socioeconómicas locales que pueden impedir o ralentizar la capacidad de los países o regiones para innovar en este ámbito.
Qué se ha analizado en esta investigación sobre la innovación verde
El trabajo analiza la relación entre la capacidad de innovación verde y la desigualdad de ingresos dentro del país en un panel de 57 países durante el periodo 1970-2010. “Nos basamos en un algoritmo que nos permite diferenciar los países no solo por el volumen de patentes verdes, sino también por la composición de sus carteras de patentes. Esto genera una clasificación de países que difiere de la basada en la suma de todas las patentes y que, en cambio, capta su potencial para diversificar la gama de actividades innovadoras”, apunta Davide Consoli, investigador del CSIC en el Instituto INGENIO.
De su análisis, los investigadores constatan cómo las desigualdades internas están directamente relacionadas con una menor capacidad de innovación ecológica de los países. “En otras palabras, limita su capacidad para desarrollar competencias más diversas y de mayor valor en materia de tecnología verde”, añade François Perruchas, también investigador del CSIC en INGENIO.
“La principal implicación es que las políticas de apoyo al desarrollo de la tecnología verde deberían fomentar la creación de capacidades, no solo estimulando las inversiones y las nuevas oportunidades de negocio, sino también eliminando las barreras socioeconómicas existentes dentro de cada país”, añade Consoli. En el trabajo también ha participado personal investigador del European Commission Joint Research Centre (JRC-Seville), el Centro Enrico Fermi de Roma (Italia), la Universidad de Londres, la Universidad de Ferrara (Italia) y el centro SEEDS (Sustainability, Environmental Economics and Dynamics Studies) de Italia.