Mientras que hay personas con un atractivo especial para los insectos y reciben picaduras de todo ser con capacidad de hacerlo, otras viven despreocupadas, porque saben que prácticamente nunca recibirán una picadura. En las aves ocurre algo parecido y el sexo condiciona la probabilidad de recibir picaduras de insectos.
Un equipo del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y con participación de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), que ha analizado a qué aves pican los insectos en una población de herrerillo común, Cyanistes caeruleus, situada en un robledal de Valsaín, Segovia.
Las aves actúan como hospedadores de virus transmitidos por insectos vectores, de ahí la importancia de conocer los criterios que siguen los invertebrados a la hora de elegir a las víctimas de sus picaduras.
Qué aves reciben más picaduras: ¿machos o hembras?
En el caso del herrerillo común, los investigadores han comprobado que los insectos prefieren picar a los machos, concretamente, los más cercanos a la entrada del nido y de menor peso.
Durante 3 años, 2019, 2021 y 2022, los investigadores identificaron el sexo del ave picada analizando la sangre obtenida del abdomen de los insectos vectores capturados en los nidos. En 2021 los machos fueron picados con más frecuencia que las hembras, coincidiendo con que en ese año los machos pesaron menos que otros años.
Además, el último año de estudio se llegó a identificar individualmente a qué polluelo picó cada insecto utilizando herramientas moleculares y genotipando el ADN, tanto de la sangre de la que se habían alimentado los insectos como la de las aves que estaban en el nido.
Por qué los insectos eligen a estas aves como víctimas de sus picaduras
“A partir de estos análisis descubrimos que los polluelos más picados fueron los machos que pesaban menos y que se posicionaron más cerca de la entrada del nido. Esto puede deberse a que los insectos prefieren individuos en peor estado corporal ya que sus defensas son más bajas, y a que los polluelos más hambrientos pueden estar más expuestos a las picaduras, ya que se acercan más a la entrada del nido para pedir alimento”, explica la investigadora del MNCN Marina García del Río.
Estos resultados, publicados en la revista Molecular Ecology, ayudan a entender cómo los insectos vectores eligen a sus hospedadores, aportando información para entender la transmisión de enfermedades infecciosas como la malaria aviar.
“Tener información sobre las diferencias encontradas en infecciones entre machos y hembras en la vida silvestre, puede ayudarnos a entender las implicaciones en estudios sobre picaduras en humanos, ya que se ha visto en estudios anteriores que existen factores, como por ejemplo el grupo sanguíneo, que afectan a la probabilidad de ser picado por mosquitos”, apunta García del Río.