Las sociedades levantinas dominaban la escalada y el uso de material para minimizar el riesgo durante su práctica ya en la Prehistoria
La escena descubierta en el yacimiento de Barranco Gómez (Teruel), que ilustra el uso de una escala de cuerda para alcanzar un panal de abejas, incluye el más complejo uso de las cuerdas visto hasta ahora en el arte levantino
Un equipo investigador de las universidades de Zaragoza, Castellón y Barcelona ha analizado las representaciones sobre esta temática en el arte rupestre levantino
El arte rupestre levantino ofrece singulares testimonios gráficos para aseverar que las sociedades levantinas dominaban diferentes técnicas de fabricación de materiales con fibras vegetales, especialmente cuerdas y cordajes, que les permitía dominar la escalada, por ejemplo en la recolección de miel, y minimizar riesgos durante su práctica. La escena descubierta recientemente en el yacimiento de Barranco Gómez (Teruel), que ilustra el uso de una escala de cuerda para alcanzar un panal de abejas, incluye el más complejo uso de las cuerdas visto hasta ahora en el arte levantino.
Así se desprende del artículo publicado en el Cambridge Archaeological Journal en el que ha participado Manuel Bea, del Departamento de Ciencias de la Antigüedadde la Universidad de Zaragoza e investigador del Grupo “Primeros Pobladores y Patrimonio Arqueológico del Valle del Ebro” del Instituto de Patrimonio y Humanidades (IPH Unizar), junto a los investigadores Dídac Román (Universidad Jaime I) e Inés Domingo (ICREA/Universidad de Barcelona).
En España, el arte rupestre levantino ofrece los mejores ejemplos gráficos de toda Europa que muestran diversos usos de las cuerdas, incluida la escalada. Esta investigación explora, a raíz de la escena del yacimiento turolense de Barranco Gómez, las representaciones que existen para aportar más datos sobre su uso y las tecnologías que las hicieron posibles.
La observación detallada de las representaciones que existen en Albacete, Castellón, Huesca, Teruel y Valencia no permite identificar las técnicas de fabricación de cuerdas (fibras retorcidas o trenzadas), pero su uso y longitud muestra que las sociedades levantinas estaban tecnológicamente avanzadas en la producción de cuerdas de calidad y contaban con una técnica refinada adaptada a la obtención de cuerdas largas para actividades de escalada.
La recolección de miel es la única actividad bien definida en las representaciones estudiadas. La producción de una cuerda de unos 25 metros debía implicar mucho tiempo y esfuerzo, tanto para recolectar las materias primas como para fabricarlas. El riesgo de escalar a esta altura únicamente con simples escaleras de cuerdas muestra la importancia de la recolección de miel y cera para estos grupos humanos.
Los productos apícolas fueron importantes en la prehistoria para una variedad de funciones económicas, tecnológicas y culturales (como alimento, por su alto valor calórico, o de fabricación de herramientas). Las escenas muestran variedad en los sistemas de escalada, que han sido divididos en dos grupos según su tamaño, morfología y flexibilidad por los investigadores: escaleras o mástiles rígidos y sistemas flexibles, que estaría relacionada también con el uso de diferentes materias primas.
Si bien el arte rupestre levantino tiene una amplia distribución, la representación de los sistemas de escalada (cuerdas y escaleras) está agrupadas en dos regiones: el Maestrazgo por el norte (Castellón y Teruel) y el Macizo del Caroig (Alicante) por el sur. Esto lleva a pensar al equipo de investigación que refleja algún tipo de comportamiento, código territorial o del valor simbólico que se le otorga.
La mayoría de las escenas analizadas en este estudio son bien conocidas, pero el detalle de las cuerdas y su tecnología no había sido estudiado en su conjunto. Tanto los materiales para fabricarlos como las acciones para crearlos son casi invisibles en los registros arqueológicos y no permiten rastrear su origen en el tiempo. El análisis de las descripciones llevadas a cabo por otros investigadores e investigadoras y por el propio equipo investigador en las distintas localizaciones ha permitido aunar pruebas sobre su fabricación, uso y estructura. Además, constata el potencial del arte rupestre para ilustrar usos y prácticas efímeras y de materiales perecederos.
El arte rupestre levantino es un fenómeno artístico postpaleolítico único en Europa, exclusivo del lado este de la península Ibérica, con más de un millar de sitios registrados hasta el momento. Patrimonio de la Humanidad desde 1998 ofrece una «imagen excepcional de la vida humana en una fase crítica de su desarrollo». Es un arte naturalista con un fuerte componente narrativo, en el que intervienen humanos y su cultura material en escenarios dinámicos que hoy se describen como caza, guerra, actuación social o reuniones, entre otros.
El equipo investigador ha estado integrado por Manuel Bea, del Departamento de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad de Zaragoza, Grupo “Primeros Pobladores y Patrimonio Arqueológico del Valle del Ebro” del Instituto de Patrimonio y Humanidades (https://iphunizar.com/manuel-bea-martinez/); Dídac Román, coordinador del Grupo PRE-EINA – Estudios Interdisciplinarios y Nuevas Aplicaciones en Prehistoria de la Universidad Jaime I de Castellón e Inés Domingo, investigadora ICREA del Departamento de Historia y Arqueología de la Universidad de Barcelona.