El alcalde de Sevilla, Juan Espadas Cejas, afirmó hoy en los Cursos de Verano de la Universidad de Jaén en Torres que la Memoria Histórica debe formar parte de la agenda política y situarse al margen de la confrontación, “porque lo que es necesario buscar el consenso, el cumplimiento de las normas y, lo más importante, poder dignificar la memoria de las víctimas”.
Espadas pronunció estas palabras durante la conferencia inaugural del curso ‘Hacia un mundo más humano: garantías de no repetición de las violaciones masivas y sistemáticas a los derechos humanos’, que está dirigido por el presidente de la fundación FIBGAR, Baltasar Garzón Real, y el catedrático emérito de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la UJA, Juan Manuel de Faramiñán. A la inauguración del mismo asistió la Vicerrectora de Coordinación y Calidad de las Enseñanzas de la Universidad de Jaén, Hikmate Abriouel, y el alcalde de Torres, Roberto Moreno Jiménez.
Hikmate Abriouel se mostró convencida de que el curso va a superar “con creces” las expectativas que levantó, “y que quedan demostradas en el hecho de que se han cubierto todas las plazas ofertas”.
Juan Espadas afirma que en España “hemos sido capaces de construir suficientes y sólidos pilares, para que el trabajo que se desarrolle, por parte de aquellas administraciones públicas y gobiernos que quieran implicarse en llevar a cabo los objetivos que se enmarca desde el ámbito internacional y desde leyes propias de nuestro país y legislación autonómica, tenga suficiente respaldo y marco, y creo que no hay margen para la improvisación, ni siquiera para salirse de un guión que debería estar para todos absolutamente claro y meridiano”. En este sentido, añadió que la voluntad política es fundamental y se pueden impulsar “o no el desarrollo y la aplicación de determinadas normas, o sencillamente pueden estar ahí y seguir siendo una asignatura pendiente”. En su caso, dijo sentirse satisfecho y orgulloso, “como socialista y como alcalde de Sevilla, ciudad que vivió la Guerra Civil y que dejó una memoria de gravísimos daños para muchísimas personas, que merecían ser reconocidas, conocidas y dignificadas, y las administraciones deberíamos hacer nuestro trabajo”. En el caso del Ayuntamiento de Sevilla, este tema es “prioritario”, ya que, en octubre de 2015, se pusieron en marcha mesas de participación y técnicas, en las que se pusieron a trabajar con objetivos y acciones de la Ley de Memoria Histórica, “buscando el consenso con los familiares, expertos y asociaciones”.
El segundo curso se celebra hasta mañana viernes, 12 de julio, y tiene como objetivo dar a conocer las recomendaciones de diversos organismos internacionales y las resoluciones de los tribunales de derechos humanos sobre medidas relativas al título del curso.
Conferencia magistral de Baltasar Garzón
La conferencia magistral fue ofrecida por Baltasar Garzón, y versó sobre ‘La urgente necesidad de las garantías de no repetición en un mundo que amenaza con reincidir en los horrores del pasado’.
Baltasar Garzón dijo que la Ley de Memoria Histórica no debería estar sujeto a discusión, aunque se pierden años reivindicando el cumplimiento de la misma. “Existe una Ley de Memoria Histórica que algunos se han empeñado en no cumplir y siguen empecinados en no hacerlo, olvidando algo que resulta fundamental y es que, cuando se trata de violaciones masivas de Derechos Humanos, la interpretación de una norma, que busca la verdad, la reparación, la justicia… debe ser interpretada siempre de forma proactiva, en favor de las víctimas. Nunca en contra de las víctimas, que es lo que suele ocurrir, como en el caso de España, desde la más alta instancia Judicial, como es el Tribunal Supremo, hasta la más llana instancia judicial, como son los juzgados y tribunales españoles, en referencia a los crímenes franquistas”.
Haciendo referencia a la frase del Libro de los Jueces, de la Biblia ‘Justicia, Justicia perseguirá”, Garzón centró su intervención. Afirmó que, para muchos, la Justicia es aquella que busca la averiguación de una verdad oficial, “una verdad probada en un proceso penal y una sanción que es una pena, en respuesta a unos crímenes cometidos. Pero si observamos la Justicia desde el punto de vista de las víctimas, ya adquiere otros componentes que no son solamente los de una sanción o una pena”. Baltasar Garzón manifestó que, a lo largo de su larga experiencia, “he comprobado es que, dentro del derecho de las víctimas reconocido por Naciones Unidas, a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, que forman el núcleo en donde se incluye la Justicia Transicional, se encuentra la verdad”.
El curso se desarrolla a través de diferentes paneles y un ejercicio práctico en el que se propondrán y buscarán formas de implementar en España medidas concretas para garantizar la no repetición de las violaciones masivas y sistemáticas ocurridas durante la Guerra Civil, la postguerra, la dictadura franquista y la transición.
Juan Manuel de Faramiñán manifestó que la Memoria Histórica es fundamental, “porque la Justicia transicional tiene cuatro pilares básicos: la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición. Pero nos queda el cómo insertamos la Memoria dentro esta estructura jurídica. Y esto es importante, porque la Memoria forma parte de los Derechos Humanos que fueron violados en el pasado y que, de alguna manera, permiten identificar problemas actuales, como el maltrato policial, el hacinamiento carcelario, la marginalización, la exclusión, la discriminación, el ejercicio abusivo del poder… En definitiva, garantizar los Derechos Humanos y profundizar en democracia”.
Entre los ponentes de este curso participarán el ex director general de la Memoria Histórica del Ministerio de Justicia, Fernando Martínez, la abogada y presidenta de L’Escola Nuria González, la presidenta de la Plataforma Internacional de Víctimas por Desapariciones Forzadas Infantiles María Bueno o el presidente de la Plataforma por la Comisión de la Verdad de los crímenes franquistas, Jaime Ruiz, así como otros expertos internacionales de Chile, Guatemala o Colombia.