Una comedia teatral con clases de baile de fondo pondrá en pie a los espectadores que esta noche acudan al Teatro Auditorio de El Ejido. En ‘6 clases de bailes en 6 semanas’, Lola Herrera y Juanjo Artero se enfrentan a un texto divertido, dinámico y supone un reto para los dos intérpretes, que nunca antes se habían atrevido con una obra con tanto contenido humorístico. La obra, enmarcada en el XXXII Festival de Teatro de El Ejido, cuenta con el aval de haber triunfado por todos los teatros por los que ha pasado y por haber levantado de sus asientos al público. La cita, además de esta noche, también es mañana, ambas a las 22 horas.
Seis clases de baile en una obra dulce, solidaria y muy recomendable. Una comedia muy teatral que lo tiene todo para crear afición entre el gran público. La actriz Lola Herrera se mueve en el escenario, no sólo como la gran dama de la escena española que es, también con gran sabiduría en una obra exigente que le favorece mucho. Juanjo Artero se deja la piel sobre la escena construyendo un personaje perfecto.
Dos excelentes actores que trasladan al escenario una buena química y una complicidad muy especial. Lola Herrera está excelente en un papel más cómico de los que acostumbra. Una interpretación logradísima ambos protagonistas que levantará al público de sus asientos, como ha ocurrido en todos y cada uno de los escenarios que han visitado.
Aunque no sólo de baile vive el festival ejidense. A partir de las 20 horas, el teatro de calle se convertirá en el protagonista en el Parque Municipal de Santa María del Águila. La compañía El Carromato estrena la comedia ‘El enfermo imaginario’, teatro de calle para una adaptación de Molière. Es la última y una de las más geniales creaciones de Jean Baptiste Poquelin, Molière. En ella brilla, quizá como en ninguna otra, la visión cómica del gran autor francés. La obra pertenece a lo que se ha llamado el ‘último Molière’: la plena madurez de su genio. En ella rompe las tradiciones establecidas, domina con maestría todas las formas de la comicidad y ofrece la auténtica esencia del teatro como una gran fiesta de la que Molière fue a la vez autor, intérprete y gran maestro de ceremonias.