Sin duda, es una de las coletillas más repetidas en los medios de comunicación y en la calle durante los meses estivales: el aire sahariano. Algo temido por muchas personas, ya que se asocia con temperaturas extremas y condiciones favorables para que se produzcan terribles incendios forestales en nuestro país. Sin embargo, ¿se usa de forma adecuada este término?
Desgraciadamente, en general no es así. En algunos casos por desconocimiento técnico, en otros por conseguir ser el medio más visto o leído. Recuerda mucho a cuando se asocia cualquier aguacero intenso a una gota fría o DANA, o cuando responsabilizan al aire de origen siberiano de las heladas tan típicas en el interior de nuestro país en una situación de calmas anticiclónicas.
Hace unos días tuvimos el primer episodio serio de temperaturas muy altas del verano climatológico, y que afectó sobre todo al interior y al oeste del país. Empezaron a llover titulares sobre la inminente llegada del calor sahariano, tras una primavera muy variable e inestable. ¿Realmente fue así?
La Península Ibérica genera su propio calor
No hay que olvidar que la Península Ibérica es un auténtico minicontinente, y que por su orografía se dan las condiciones ideales para que pueda crear y desnaturalizar masas o cuerpos de aire de distinta naturaleza. Es lo que sucedió hace unos días, según los datos de las retrotrayectorias de las masas de aire.Te puede interesar: El calor dará una tregua hasta el sábado, después será ‘asfixiante’
Las masas de aire atlánticas que afectan a nuestro país en verano pierden algunos de sus rasgos originales. Los movimientos subsidentes del aire (descendencias), el intenso calentamiento diurno, la ausencia de nubosidad y que apenas haya viento en aquellas zonas a las que no llega la influencia del mar crean unas condiciones adecuadas para que la península pueda generar su propio calor.
¿Cuándo tenemos irrupciones de aire tropical continental?
La configuración clásica está asociada a la presencia de una vaguada o una DANA se situa al oeste de las costas peninsulares, y es ahí cuando se produce un importante arrastre de aire tropical continental (conocido popularmente como sahariano) hacia nuestro país. Con episodios de este tipo se han registrado temperaturas de hasta más de 45 ºC en la mitad sur peninsular.
Episodios de altas temperaturas locales o regionales
Tampoco hay que olvidarse de lo que algunos climatólogos denominan olas de calor locales, cuando los vientos descienden de un sistema montañoso o de la Meseta, provocando un aumento de la temperatura y una pérdida de humedad del aire. Las “ponentàs” valencianas son un buen ejemplo.