Durante el mes de marzo, la estación meteorológica del Palacio de Doñana, en pleno Parque Nacional, ha registrado 145,3 l/m2 de precipitación, de los cuales la mayor parte se han concentrado durante los últimos días del mes, coincidiendo con la Semana Santa. Los datos de la ICTS- Doñana indican que, a estas alturas del ciclo hidrológico -que se calcula de septiembre a agosto-, se ha recogido un total de 404,4 l/m2.
Aunque el actual ciclo hidrológico no está cerrado, la precipitación acumulada ya se sitúa por encima de la registrada en los tres últimos ciclos, en los que se registraron cifras muy inferiores a la media histórica, que se sitúa por encima de los 500 l/m2. Se necesitaría que lloviera más durante la primavera para superar la media histórica.
Normalmente, las lluvias en Doñana se concentran en otoño e invierno, pero este año han llegado más tarde. Este marzo ha sido el segundo más lluvioso desde que se tienen registro, sin embargo, durante este ciclo hidrológico, las precipitaciones durante los meses anteriores han sido bastante escasas y han provocado, por ejemplo, que se registren cifras muy bajas en los censos de aves acuáticas durante la invernada.
Estas últimas precipitaciones han permitido que las lagunas más grandes como Santa Olalla, El Sopetón o la Dulce se inunden casi totalmente y Doñana recupere una imagen similar a la que tenía en estas fechas hace algunos años. La inundación de esta primavera llega a tiempo para permitir un crecimiento de la vegetación, favoreciendo la cría de aves acuáticas, principalmente especies como las fochas, calamones, somormujos, zampullines, cigüeñas y ardéidos.
Los sensores automáticos de la ICTS-Doñana desde septiembre detectan una inundación de 38 cm en Honduras del Burro, de alrededor de 32 cm en Resolimán y de algo menos de 5 cm en Cancela Millán. No obstante, aún hay zonas de la marisma que no se han inundado. El efecto de las lluvias puede observarse a través de las cámaras que la ICTS-Doñana tiene instaladas en la reserva y que pueden verse en directo en la web https://streaming-camaras.ebd.csic.es/.
Doñana lleva más de diez años con cifras de precipitación por debajo de la media, lo cual evidencia un problema de sequía casi estructural. Durante estos últimos tres años, las lluvias han sido especialmente escasas, lo cual ha dejado datos muy preocupantes sobre el estado de la vegetación y la biodiversidad de Doñana, como revela el último informe sobre el “Estado de la biodiversidad de Doñana” que presentó la ICTS-Doñana el pasado febrero.
A la vista de esta situación, desde la ICTS-Doñana se mantiene una situación de expectativa y cautela. “Coyunturalmente, las lluvias han aliviado en parte los problemas de sequía más inmediatos, pero no solucionan el problema invisible de la sobreexplotación de las aguas subterráneas. Habrá que esperar al devenir de las precipitaciones y las temperaturas en los próximos meses para valorar su efecto en conjunto,” ha afirmado Javier Bustamante, investigador de la Estación Biológica de Doñana y vicedirector responsable de la ICTS-Doñana.