Las tasas de lactancia materna en menores de seis meses no llega ni al 50%: la UGR explica por qué

uLa mayor parte de los estudios científicos atribuyen a la lactancia materna unos beneficios que no pueden alcanzarse con ninguna leche de fórmula. A pesar de sus beneficios, la tasa de bebés menores de seis meses que se alimentan exclusivamente con la leche de sus madres no llega ni al 50 por ciento. La investigadora de la Universidad de Granada (UGR), Ester Massó, ha estudiado esta realidad y ha encontrado una causa para explicar la baja tasa de lactancia materna.

“Según los últimos datos, las tasas de lactancia materna a nivel mundial no alcanzan ni el 50% en bebés menores de seis meses”, explica la profesora de la UGR, autora de una investigación en el marco del proyecto europeo IPOV-RESPECTFUL CARE, destinado a estudiar y combatir la violencia obstétrica, considerada ya un problema de salud pública de primer orden.

A qué se atribuye la baja tasa de lactancia materna

Ester Massó relaciona la baja tasa de lactancia materna a la violencia obstétrica. “Los datos hablan: numerosos estudios demuestran la correlación entre esta lacra y el entorpecimiento de la lactancia, mencionando cómo la perjudican, por ejemplo, la cesárea o la epidural, actuando como predictores negativos”, denuncia Massó, quien apunta las consecuencias negativas de separar a madre y bebé justo después del parto.

Asimismo, la investigador también hace referencia a cómo la violencia de género daña el buen fluir de la lactancia, que depende de un entramado hormonal en equilibrio. “La violencia de pareja durante el embarazo impacta negativamente en la lactancia; también la [violencia] psicológica de pareja, que duplica la probabilidad de evitar la lactancia, poniendo en riesgo a madre y bebé”, añade la profesora de la UGR.

Cuáles son las ventajas de la lactancia materna

Ester Massó recuerda las ventajas de la lactancia materna a todos los niveles y menciona al experto mundial Pérez-Escamilla. “Es la madre de la seguridad alimentaria. Es más, es la primera forma de soberanía alimentaria, amenazada cada día por el sistema, por el capital, por la industria farmacéutica de la fórmula… y, por supuesto, por la violencia obstétrica, que entorpece e incluso cierra esa primera puerta a la lactancia, que es el inicio de la vida”.

El artículo subraya que la lactancia depende de la interacción entre madre, bebé y entorno, implicando una regulación fisiológica, hasta el punto de que, cuando se amamanta, los sistemas inmunes del binomio madre-bebé se vuelven uno: “Por ello, se trata de un derecho humano de reciprocidad que implica a la díada madre-bebé”, defiende la docente.

“Para fomentar la lactancia, es esencial proporcionar tiempo y apoyo económico a las madres. Amamantar contribuye al PIB y su escasez supone un costo significativo, entre otras pérdidas”, concluye la profesora Ester Massó.