Hace 8500 años irrumpió una nueva tecnología para fabricar puntas de proyectil con forma de trapecio en piedra tallada. Los investigadores del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico (INAPH) de la Universidad de Alicante (UA), Magdalena Gómez-Puche y Javier Fernández-López de Pablo, han realizado un exhaustivo análisis del conjunto de fechas de carbono 14 (C14) existentes en yacimientos mesolíticos de la Península Ibérica que presentan esta tecnología, conocida como el “Mesolítico de trapecios”.
El trabajo, publicado recientemente en la prestigiosa revista Radiocarbon de la Universidad de Cambridge, indica que la introducción y expansión de esta innovación tecnológica tuvo lugar en pocos años.
«La expansión de esta nueva tecnología durante el Mesolítico constituye uno de los grandes interrogantes de la Prehistoria europea, siendo objeto de diversos trabajos desde hace más de dos décadas. Nuestro trabajo analiza por primera vez de manera crítica todos los datos cronológicos disponibles en la Península Ibérica para determinar en qué momento se produjo su introducción y proponer cuáles fueron sus vías y mecanismos de difusión», explica Gómez-Puche.
El método C14 es un sistema de datación que utiliza el isótopo radioactivo carbono-14. Esta técnica es la más utilizada en arqueología ya que permite medir la cantidad de carbono que queda en un material orgánico y, tras un ajuste en una escala de años solares denominado calibración, conocer así su edad antes del presente. En concreto, en el artículo ha sido evaluado y analizado el registro radiocarbónico de las primeras industrias de trapecios de toda la península ibérica, con más de 180 fechas de 67 yacimientos.
Mediante el uso de modelos cronológicos Bayesianos, una técnica estadística que calcula las probabilidades de que una fecha de C14 se sitúe en un intervalo cronológico determinado, se ha establecido que la introducción y expansión de los trapecios tuvo lugar entre hace 8505 y 8338 años.
«La amplia distribución espacial y la rapidez de este fenómeno indica una adopción de este nuevo sistema técnico por grupos humanos geográficamente distanciados, pero que debían de estar conectados a través de redes sociales extensas», señala la investigadora. En este sentido, apuntan desde la UA, los datos generados en este trabajo «permitirán la aplicación de nuevas técnicas de investigación como el análisis de redes sociales, con el que es posible caracterizar la estructura socioespacial de estas poblaciones de cazadores-recolectores y determinar su papel en los procesos de transmisión cultural».
La investigación forma parte del proyecto “Paleodem – Late Glacial and Postglacial Population History and Cultural Transmission in Iberia“, financiado por el Consejo Europeo de Investigación (European Research Council) y dirigido por Javier Fernández-López de Pablo, investigador distinguido del Plan Gen-T, adscrito al INAPH de la Universidad de Alicante. Este proyecto aborda la reconstrucción de las dinámicas demográficas y de los procesos de transmisión cultural en la península ibérica durante la transición Pleistoceno-Holoceno, empleando enfoques interdisciplinares basados en arqueología de alta resolución, ciencia de datos y el análisis de redes sociales.