La Universidad de Almería desarrolla el programa Almería Unida contra la Violencia de Género, a lo largo del mes de noviembre, mes de la cultura de igualdad y no violencia de 2021. Según un informe realizado por la Fundación CERMI-Mujeres, las mujeres con discapacidad tienen mayor riesgo de sufrir violencia sexual.
El Auditorio de la Universidad de Almería ha acogido este viernes, 12 de noviembre, la Jornada Accesibilidad cognitiva y violencia de género, inscrita dentro del programa de ‘Almería Unida contra la violencia de género’, que se desarrolla a lo largo de noviembre, mes de la cultura de igualdad y no violencia de 2021. En ellas se ha dado luz a la violencia de género que sufren las mujeres con discapacidad, especialmente con discapacidad intelectual.
Con motivo del 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, las principales instituciones de Almería se unen para una lucha conjunta y coordinada contra la Violencia de Género, con toda una serie de actividades, acciones y eventos a lo largo de todo el mes de noviembre de 2021.
Las jornadas ha contado con una conferencia titulada ‘Accesibilidad cognitiva, aproximación y retos futuro’, a cargo de José Antonio Sánchez, catedrático de Psicología Básica y vicerrector de Estrategia y Planificación de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, y la mesa redonda ‘Herramientas al servicio de la accesibilidad cognitiva’, moderada por Pilar Sánchez, directora de la Unidad de Atención a la Diversidad Funcional de la Universidad de Almería.
En la inauguración de esta jornada, organizada por la Dirección General de Personas con Discapacidad e Inclusión de la Junta de Andalucía y el Instituto de Lectura Fácil, han estado presentes la vicerrectora de Estudiantes, Igualdad e Inclusión de la Universidad de Almería, Maribel Ramírez; el director general de Personas con Discapacidad e Inclusión de la Junta de Andalucía, Marcial Gómez, y la asesora provincial del Instituto Andaluz de la Mujer, María Monteagud Gómez.
La vicerrectora, Maribel Ramírez, ha destacado que «constituye un verdadero honor para mí como representante de la comunidad universitaria almeriense poder contribuir en la consecución de la inclusión de las personas con discapacidad, con la atención especial a los más vulnerables».
En este sentido ha recordado que entre las funciones de la Universidad está la de genera la transformación social. «Como institución de educación superior involucrada con la sociedad de la que forma parte, deben estar inspirados en imperativos éticos y legales de equidad, así como en la promoción de los principios de igualdad de oportunidades, no discriminación y formación de personas comprometidas con la diversidad humana».
La vicerrectora ha insistido en que la lucha por la inclusión, la participación comunitaria, la igualdad de oportunidades y la no discriminación forma parte de la agenda de las instituciones, también las universitarias, desde hace algunos años. Pero que existen circunstancias y situaciones que no suelen formar parte de estas reivindicaciones por la educación o el empleo de las personas con discapacidad. «Existiendo evidencias sobradas de que, ya desde la infancia, los niños y niñas con discapacidad intelectual tienen entre tres o cuatro veces más probabilidades de sufrir comportamientos violentos dirigidos hacia ellos en comparación con las y los niños sin discapacidad».
En esta misma línea se sitúa el informe de UNICEF de 2013 que reitera que los niños y niñas con discapacidad intelectual tienen un riesgo significativamente más alto de ser víctimas de la violencia sexual que sus iguales sin discapacidad.
«La invisibilidad suele acompañar a muchas historias de mujeres con discapacidad, en especial con discapacidad intelectual. Tal como nos describe el informe publicado hace unos meses acerca de la violencia sexual en las mujeres con discapacidad por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, y realizado por la Fundación CERMI-Mujeres, las mujeres con discapacidad tienen mayor riesgo de sufrir violencia sexual y problemas de salud asociados a esta, siendo víctimas fáciles de abusos en el seno de la familia, la pareja o el entorno laboral».
Además, la vicerrectora ha añadido que «dentro de lo que se ha denominado ‘déficit de ciudadanía’, las mujeres con discapacidad intelectual sufren una triple discriminación: por ser mujer, por tener discapacidad y por ser esta intelectual». De ahí, ha indicado, la necesidad del empoderamiento de las mujeres con discapacidad intelectual en cuanto al conocimiento y ejercicio de sus derechos para lo que es imprescindible la «accesibilidad cognitiva». Un derecho de las personas con discapacidad recogido por la ONU como un derecho fundamental que constituye una herramienta de gran valor para el empoderamiento de las mismas.