‘Las gracias y desgracias de un vaso de vino’

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Ese era el título de la ponencia que Antonio Zapata, profesor de la Universidad de Almería, pronunciaba ayer en el Curso de Verano ‘Los Sentidos del Vino’. Zapata se alejaba de las ponencias académicas para contar a los alumnos "mi vida de bebedor de vino a lo largo de 50 años". Zapata ilustró cómo, en su opinión, "casi 4.000 años de cultura vinícola se están yendo al traste en un par de décadas".

Las dos ponencias desarrolladas esta mañana en el curso de verano de la UAL sobre ‘Los sentidos del vino’ han puesto el listón muy alto a los expertos que hasta el miércoles tendrán que convencer a los 50 alumnos inscritos en este curso dirigido por la abderitana María Dolores Díaz.

Zapata fue crítico con la falta de formación en materia de vinos, tanto por parte del consumidor, pero “lo que es más grave, sobre todo en los hosteleros” que obviamente trasladan esa falta de conocimiento a los camareros y otros empleados de la hostelería. Para Zapata, en general, existe “un déficit de formación en el empresariado de la hostelería”, pero considera que la solución es fácil: “insistir en la formación”. En este sentido el conocido gastrónomo considera que la iniciativa debería partir del empresario, ya que “el consumidor, que cada día entiende más de vino, exige más”. A juicio de Antonio Zapata es “terrible” que cuando te quejas en un restaurante sobre la calidad de un caldo “te digan: es que yo no entiendo de vinos”. Para él es como si en una zapatería, por ejemplo, te dicen que no entienden de zapatos.

Antonio Zapata Cursos de Verano

Antonio Zapata en los Cursos de Verano

Los jóvenes y el vino

Las empresas vitivinícolas tienen sus miras puestas en los jóvenes, a los que tratan de llegar, ya que “el mayor foco de consumidores del futuro está en los jóvenes” de sector socioeconómico medio/alto,consideró Zapata. Si las empresas quieren “seducir a los jóvenes” deberán utilizar conceptos como “salud, cultura o glamur”, entre otros. A la hora de comercializar caldos de gama media/baja en el mercado global, “las bodegas deberán aprender de los nuevos países productores como Sudáfrica, Australia o Nueva Zelanda, que lo hacen muy bien en la comercialización”, opinó Zapata.

El gastrónomo almeriense recordó que el consumo de vino crece en países como Estados Unidos, Japón o Alemania, pero que enEspaña solo crece el consumo de vino de calidad, mientras que el vino de gamas inferiores se vende cada vez menos. Y es que las cifras no dejan lugar a dudas. Enlos últimos años se ha pasado en España de beber más de 60 litros de vino por persona y año a los 24 litros por persona/año de media de la actualidad.

La batalla del consumo interior

Para el segundo ponente de la jornada, el enólogo Isidro Rodríguez, aquí está la clave, ya que “se habla mucho de la comercialización de los vinos, pero donde realmente está la batalla, y nadie la afronta de cara, es en el descenso del consumo interior”. Aunque en la actualidad “exportamos más vino que nunca” en muchos casos es una “cuestión coyuntural”, por lo que hay que empezar a prestar atención al descenso de consumo de vino en España, según el enólogo.

Isidro Rodríguez, natural de Adra, puso el acento en la “necesidad de acercar la cultura del vino a los jóvenes”, donde también ve el mercado del futuro. No se quedó sólo en la crítica, y expuso soluciones que se llevan a cabo en algunos lugares del norte de España.

Fórmula contra el alcoholismo

Habló de un Instituto de Educación Secundaria de Zaragoza donde desde hace siete años organizan unas jornadas gastronómicas en las que también se habla de vino. Añadió que es “una forma de llegar a los jóvenes fabulosa, ya que asocias el consumo del vino a la historia, a la tradición, a la producción de la región, a la cultura, a la economía, a la salud y al consumo responsable.

Algo parecido dijo Zapata cuando remarcó que “aprender a beber vino es una fórmula contra el alcoholismo”. El enólogo abderitano también utilizó el ejemplo de varias bodegas que abren sus puertas en verano con “noches de ocio, en las que se escenifican obras de teatro o conciertos, y que por un precio simbólico, a la vez te tomas un vino y algo para picar”, lo que contribuye a la difusión de la cultural del vino y a dar a conocer los caldos concretos de cada bodega. También en algunos lugares “se editan libros para niños, siempre con el asesoramiento de pedagogos, en los que se les muestran los principales aspectos de la cultura del vino y la importancia económica de este” para muchas comarcas españolas.

Rodríguez animó a las instituciones y a lasempresas a poner en marcha ideas y proyectos para encarar el problema del descenso del consumo interior. En el ámbito de las cooperativas vitivinícolas Isidro Rodríguez destacó que aunque “exportamos más vino que nunca”, lo cierto es que se exporta “mucho vino a granel y poco vino embotellado” lo que resta “valor añadido a nuestra producción”.

A lo largo de la mañana también ha habido tiempo para el coloquio con los jóvenes alumnos, saliendo temas de conversación como los vinos de Almería, los hábitos de consumo de los jóvenes, las diferencias de vinos elegantes clásicos y los modernos diseñados para catas, y hasta del calimocho, entre otros aspectos del mundo del vino. Las anécdotas divertidas no han faltado. Antonio Zapata daba a conocer la conversación que mantuvo en los años 70 con un conocido bodeguero a quien le preguntó por qué las botellas de vino eran de ¾de litro y no de litro. Su respuesta fue: “Tres cuartos de vino es lo que un hombre se bebe en una comida”.

Más información sobre los cursos en: www.ual.es/cursosdeverano

 

 

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