Dos siglos han pasado ya desde que François Champollion descifrara la piedra Rosetta y se comenzara verdaderamente a descubrir toda la magia que esconde Egipto, dando inicio también a su estudio por parte de las universidades. Ahora se cumplen 30 años de las excavaciones de Oxirrinco (Egipto) por parte de equipos españoles, siendo ésta la temática central de la V edición del Congreso Arte y Arquitectura, organizado por la Cátedra de las Artes Cristóbal Gabarrón de la UCAM, que han comenzado esta mañana en el Campus de Los Jerónimos y continuará mañana viernes.
En la inauguración han intervenido Estrella Núñez, vicerrectora de Investigación de la Universidad; Cris Gabarrón, presidente de la Fundación Cristóbal Gabarrón, y Francisco José Sánchez, vicedecano del Grado en Fundamentos de la Arquitectura.
La vicerrectora de Investigación de la UCAM ha manifestado el interés de la institución por estos foros de debate “para potenciar la interacción entre investigadores, estudiantes y sociedad”, y ha señalado las cualidades de la arquitectura y el arte, “como documento histórico social, que proporciona información sobre la forma de vida, la cultura y la evolución de las diferentes civilizaciones”.
Para Cris Gabarrón, este tipo de actos ponen en valor el lado académico y práctico del arte y la arquitectura, y ha recordado que en el marco del Congreso también se ha organizado la exposición ‘Oxirrinco, el pez que conquistó las arenas’, ubicada en el Museo Cristóbal Gabarrón (Mula), donde se pueden conocer de primera mano los secretos de la cultura egipcia allí descubierta.
De la cultura Saíta a la cristiana
Oxirrinco abarca una cronología muy amplia dentro de la historia, del periodo Saíta del 664 antes de Cristo al siglo séptimo, conviviendo muchas culturas que se han ido solapando y entendiendo entre ellas: la propia egipcia, la griega, la romana, hasta la llegada de la cristiana.
Las actuales codirectoras de la excavación arqueológica de Oxirrinco (El-Bahnasa), Esther Pons y Maite Mascort, han destacado que, a medida que van excavando y descubriendo, se va visualizando el cambio de civilizaciones: “en la época Saíta y grecorromana, son estructuras de piedra, grandes, con el techo abovedado, familiares, con muchas habitaciones y cámaras funerarias, que presentan en su interior sarcófagos con el individuo momificado, con un importante ajuar funerario que acompañaba al difunto, y luego, en época cristiana, la gran basílica con las columnas, la cripta, la decoración de las paredes y cruces”. Además, han recordado que el pasado año, después de 30 trabajando allí, se descubrió una tumba intacta, un gran hallazgo. El reto actual es seguir excavando y descubriendo más tumbas, ya que la misión actual está centrada en la necrópolis.
El precio del expolio
“No se sabe el porcentaje de la ciudad que ha sido expoliado, pero es muy grande. Es una pena que la riqueza de esta cultura se vea afectada por ello”, ha señalado Hassan Amer, catedrático de la Universidad de El Cairo, quien apunta que, en los 200 kilómetros de área, “todavía hay muchas cosas enterradas y sin descubrir”. “Espero que las generaciones futuras entiendan que para preservar el legado de la cultura es necesario respetarlo”, ha añadido.
Por su parte, Josep Padró, director de la misión arqueológica de Oxirrinco entre 1992-2019, ha destacado que las excavaciones estuvieron abandonadas durante 50 años, señalando que, tras el paso de ingleses, italianos y personal del Museo de Alejandría, “se pararon hacia los años 30, y a partir de ahí empezó el saqueo, enriqueciendo el mercado de antigüedades”.