No son tan antiguas como el acueducto romano donde se encontraron, pero sí igual de interesantes. Un equipo de investigadores de la Universidad Europea, la Asociación Andaluza de Exploraciones Subterráneas (AAES) y la Universidad Autónoma de Madrid ha identificado una nueva especie de cochinilla, que vive exclusivamente en un acueducto subterráneo construido por los romanos hace dos milenios en la localidad sevillana de Carmona.

“Descubrir una especie totalmente nueva en el corazón de una obra romana nos recuerda que la vida se adapta y florece donde menos lo esperamos; su estudio nos dará pistas sobre cómo evolucionan los ecosistemas subterráneos y cómo salvaguardarlos”, explica Álvaro Luna, profesor del Grado en Medio Ambiente de la Universidad Europea.
“Este tipo de descubrimientos en entornos urbanos no son habituales ni esperables. Solo se han documentado unos pocos casos en Europa, como un coleóptero hallado en las mazmorras de un castillo italiano”, afirma Luna. Considera además que el hábitat “podría ser dañado si hubiese una gran presión humana, por lo que debe protegerse este tipo de galerías”.
La cochinilla que solamente vive en un acueducto romano de la provincia de Sevilla
Los científicos recorrieron los 880 metros del acueducto —un laberinto húmedo y sin luz— y detectaron al nuevo isópodo en zonas elevadas, protegido de inundaciones, entre trozos de madera podrida que caen desde los antiguos pozos de acceso. Los ejemplares son incoloros y presentan un único y gran ocelo oscuro, rasgo que, junto con la disposición de tubérculos y costillas en su caparazón, los distingue de su pariente más cercano, B. bullonorum, descrito en una cueva malagueña en 2020.
El equipo examinó 35 ejemplares (holotipo y paratipos) y confirmó que el mayor macho mide 2,5 mm y la hembra 2,7 mm. Los investigadores estiman que la población conocida ronda los 150-200 individuos. Entre las amenazas potenciales señalan “episodios de contaminación, derrumbes o cambios bruscos en la temperatura y humedad del microhábitat, especialmente en sistemas subterráneos con presión de visitas”.
“Nuestro siguiente paso es revisar otras galerías romanas y minas históricas del sur peninsular; cada prospección puede revelar estrategias de supervivencia únicas y ayudarnos a diseñar mejores planes de conservación”, concluye Luna.