Las administraciones públicas almerienses mantienen una deuda que ronda los 500.000 euros con las pequeñas empresas de comunicación que operan en la provincia. Ante esta situación, la Asociación de Periodistas – Asociación de la Prensa de Almería (AP-APAL), a través de un comunicado, urge el pago inmediato de estas cantidades para frenar la sangría de empleo y el cierre de empresas que se está produciendo en el sector como consecuencia de la falta de liquidez de las mismas.
La AP-APAL pide responsabilidad a las instituciones, para que asuman los compromisos que en su día adquirieron con esta parte importante del sector de la comunicación y la información. La mayoría se remontan a varios años atrás, con lo que las pequeñas empresas han tenido que asumir, sin cobrar, los importes de IVA e Impuesto de Sociedades o IRPF, según los casos, correspondientes a esas facturas, un dinero adelantado a la administración que ahora no les paga.
La cantidad cercana a los 500.000 euros corresponde a la deuda que administraciones locales, provinciales y autonómicas mantienen con nueve pequeñas empresas de la provincia, dedicadas a trabajos de gabinete de prensa, edición de periódicos en papel, así como a la edición de portales digitales y, en todos los casos, con una plantilla de trabajadores inferior a cinco profesionales.
El sector de la prensa y de la comunicación ha sido uno de los más dañados por la actual crisis económica. Además de haber visto cómo descendían las inserciones publicitarias de empresas privadas, tienen que soportar con impotencia deudas escandalosas que mantienen con ellas entidades públicas de todos los colores políticos.
La situación de la prensa en Almería se suma a la situación que se vive a nivel nacional y que, según el Observatorio de Crisis de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), lleva registrados hasta hoy, un total de 4.180 periodistas afectados.
Asimismo, la debilidad de las pequeñas empresas está siendo aprovechada por las administraciones para marginar, aún más, a los que no son “de su agrado”, incluso rompen acuerdos y retiran su apoyo económico si las informaciones no se ajustan “a sus gustos”. No sólo no las tiene en cuenta a la hora de abonar las cantidades pendientes, y mucho menos para planes publicitarios, sino que la situación llega a ser tan dantesca que a algunos medios ni siquiera se les envían las convocatorias de prensa. Cuanto peor es la situación, mejor es la posición de la parte dominante (la administración) sobre la parte más débil (la pequeña empresa de comunicación). Por ello la AP-APAL exige responsabilidad a los poderes públicos en estos temas e igualdad de trato para con todos los medios de comunicación que cumplen su función social, les guste o no.