Sin duda, uno de los retos que ha planteado la crisis de la COVID-19 para las universidades ha sido el de la evaluación telemática. La Universidad de Alicante con más 40.000 estudiantes entre grados, másters y títulos propios se ha visto obligada a afrontar un desafío sin precedentes que ha puesto a prueba toda su estructura, desde el Servicio de Informática al profesorado, pasando por el Personal de Administración y Servicios y por supuesto, al alumnado.
Si el primer lance al que tuvo que hacer frente la institución fue el de la clases telemáticas, con un profesorado y alumnado que siempre había trabajado de forma presencial, el último ha sido el de la evaluación a distancia de todos los conocimientos impartidos con las cuestiones que ello planteaba: tipos de pruebas, vigilancia o la capacidad de sistema para soportar todo el tráfico. Y todo ello sin haber tenido tiempo para realizar pruebas que permitieran identificar posibles problemas o disfunciones y solucionarlos.
Más de 90.000 exámenes o entregas de trabajos
El resultado ha sido, una vez finalizada la convocatoria C3 -segunda evaluación-, que se han realizado 1790 pruebas diferentes que han supuesto un total de 90.028 exámenes o entregas de trabajos. El número máximo de estudiantes que se han presentado a una misma prueba ha sido de 691. Un volumen muy superior a cualquiera registrado hasta la fecha por los servidores informáticos de la Universidad de Alicante. Y todo, sin incidencias dignas de resaltar.
Enrique Herrero, vicerrector de Estudios y Formación de la Universidad de Alicante, ha destacado que “se han adaptado las diferentes pruebas a realizar a cada uno de los centros y en especial se han reforzado las necesidades de los exámenes orales”. Lo más reseñable, ha añadido “ha sido que ningún estudiante se ha quedado sin poder evaluarse y que las pocas incidencias que nos hemos encontrado, como desconexiones durante la realización de alguna prueba, han podido solventarse”.
Por su parte, el vicerrector de Campus y Tecnología, Ferran Verdú, ha explicado que “el Servicio de Informática ha trabajado mucho durante estos meses para que los sistemas pudieran soportar todo el tráfico que ha habido y el resultado ha sido espectacular”.
La convocatoria de exámenes C3 se ha realizado entre el 27 de mayo y el 19 de junio, una semana más de lo que estaba previsto, tras la decisión del Consejo de Gobierno de ampliar el plazo para evitar posibles sobrecargas de los sistemas informáticos. Una medida que también se aplicará a la siguiente convocatoria, la última del curso, la C4, que se desarrollará entre el 29 de junio y el 23 de julio, un aumento de ocho días respecto del calendario inicialmente previsto.
De cara a esta última evaluación la previsión de la Universidad de Alicante es que se realicen alrededor de 3.000 pruebas, un nuevo reto que llega avalado por el buen funcionamiento de los sistemas durante los exámenes de la C3.