Fomentar la implicación social de los estudiantes, sensibilizar y acercarlos a la salud global y dotar a la titulación de Medicina de un plus humanístico son algunos de los objetivos de la asignatura ‘Farmacoterapéutica en Entornos Desfavorecidos’, una optativa que se cursa en la Facultad de Málaga y que, entre otros aspectos, introduce conocimientos y prácticas relacionadas con la cooperación internacional, educación para el desarrollo y personas sin hogar, atención a inmigrantes, el mundo de la prostitución, mutilación genital femenina o las barriadas marginales.
Los cambios académicos y estructurales a los que se han sometido las titulaciones universitarias en las últimas décadas han posibilitado un alto nivel de formación científica y tecnológica. El alumnado –en este caso de Medicina– está muy bien formado e informado gracias a los nuevos soportes de divulgación y a la transmisión de conocimientos por parte del profesorado. Sin embargo, esta gran dedicación al aprendizaje ha llevado a reducir un poco la formación humanística y en valores, algo fundamental para el desarrollo personal y profesional del futuro médico.
Y es aquí de donde parte esta asignatura: ‘Farmacoterapéutica en Entornos Desfavorecidos’ nace de la necesidad de buscar propuestas docentes innovadoras que ayudarán a solventar esa carencia y asumir, además de la misión tradicional de la Universidad de docencia e investigación, el planteamiento de una ‘tercera misión’ de responsabilidad social mediante la metodología de aprendizaje-servicio.
Así lo plantea la profesora de Farmacología de la Universidad de Málaga María Rosario Cabello, que junto a May Ledesma, Inmaculada Medina y Mercedes Rivera imparten esta materia optativa de quinto curso en la Facultad de Medicina, en colaboración –en materia de formación y prácticas- con Médicos del Mundo, Médicos Sin Fronteras, Farmamundi y la Fundación Entreculturas.
Este es el tercer año que se pone en marcha la asignatura y, según experiencias anteriores, los alumnos afirman que, tras cursarla, “han cumplido con sus expectativas y muchos señalan que han vuelto a sentir la vocación que les llevó a matricularse en Medicina”, señala María Cabello.
Trabajo sobre el terreno
En ediciones anteriores los estudiantes han trabajado sobre el terreno por ejemplo en Los Asperones, en el colegio María de la O, donde han participado en la formación sobre hábitos de vida saludable, consumo de bebidas energéticas, uso de cachimbas o valoración nutricional.
También han colaborado en la atención a personas migrantes, han trabajado con personas sin hogar o del mundo de la prostitución y han hecho formación –de manera pionera en una Facultad de Medicina- sobre la mutilación genital femenina, con Médicos del Mundo.
Todo ello está encaminado a humanizar la profesión médica, de forma complementaria al modelo tradicional académico, aplicando el enfoque de justicia social y la metodología docente del aprendizaje-servicio, muy extendida en países de Latinoamérica.
Plan de Innovación Educativa
El desarrollo de esta asignatura en la Facultad de Medicina de Málaga ha generado un Plan de Innovación Educativa (PIE) en el propio centro. Se trata de un proyecto interfacultativo para promover el aprendizaje en servicios que agrupa a estudiantes de distintos centros: además de los de Medicina, se suman los de Psicología, Ciencias de la Educación, Informática y Telecomunicaciones.
La transversalidad de este PIE también se constata en los proyectos de cooperación para el desarrollo que se llevan haciendo desde hace años en Perú y en Honduras, auspiciados por el Departamento de Farmacología y Pediatría y subvencionados por el convenio UMA-AACID.
De hecho, muchos voluntarios que solicitan participar en estos programas han cursado antes la asignatura de Entornos Desfavorecidos, que ha comenzado esta semana con charlas relacionadas con proyectos de aprendizaje-servicio, emergencias humanitarias, medicamentos esenciales, derecho a la salud, niños migrantes no acompañados y proyectos ligados a la cooperación internacional, entre otras materias.