Expertos de la Universidad de Málaga colaboran con ViaTalents, la división de la firma de publicidad y marketing ‘Be a Lion’, para desarrollar un código ético centrado en el comportamiento de influencers virtuales. Este proyecto, impulsado por un contrato OTRI, está orientado en establecer directrices de comportamiento para influencers generados por Inteligencia Artificial, abordando así los desafíos éticos asociados con la creación y gestión de metahumanos en el ámbito del marketing y la publicidad.
Dentro de este marco de investigación, el comité creará “un código de conducta ético y valores” que guiarán el comportamiento y personalidad de Alba Renai, la primera influencer metahumana de la familia VIA, que será entrenada en valores, de manera que pueda contemplarlos a la hora de enfocar sus contenidos e interacciones con sus seguidores de manera positiva.
Este acuerdo marca un paso significativo en la investigación enfocada en establecer estándares éticos para una inteligencia artificial (IA) responsable, con el fin de proteger la privacidad de los usuarios y fomentar la transparencia. Además, busca identificar y abordar posibles riesgos éticos que puedan surgir con el tiempo en el ámbito de la inteligencia artificial en general. La colaboración tiene como objetivo prevenir el uso indebido social y ético de la IA, identificar tendencias normativas para el control legal de la Inteligencia Artificial Generativa (IAG) y establecer una estrategia integral de entrenamiento responsable, tanto social como legal, para la inteligencia artificial.
El comité de expertos, liderado desde la Facultad de Comercio y Gestión, está dirigido por los profesores Carmina Jambrino, del Área de Comercialización e Investigación de Mercados, y Francisco Triguero, del Departamento de Lenguaje y Ciencias de la Computación. Participarán en el equipo también los profesores Carmiña de Vivero del Departamento de Derecho Mercantil y Patricia Iglesias y Elena Fernández, con perfil de Marketing.
Avatares digitales que habitan en plataformas como Instagram, TikTok, Facebook y Twitter, han emergido como una nueva realidad en Internet y en diversas campañas publicitarias de marcas. A pesar de no ser personas reales, estos avatares buscan construir comunidades en redes sociales y proyectar un estilo de vida similar al de los influencers humanos, logrando colaboraciones con algunas de las marcas más destacadas a nivel mundial. Su creciente influencia en los últimos años ha consolidado distintas líneas de investigación en torno a la ética de esta nueva realidad.