La Universidad de Huelva, junto con Aqualia, han garantizado la supervivencia de la aldea senegalesa de Nandoumari, ubicada en la Comuna de Dindefelo. Para ello, se ha dotado del agua necesaria para el consumo de sus habitantes y para el riego del vivero y el huerto comunitario desarrollado por la UHU con anterioridad. La aldea tiene una población aproximada de unos 600 habitantes que han visto cómo sus condiciones de alimentación y salubridad han mejorado considerablemente gracias a esta intervención de cooperación internacional.
El “punto culmen” de este proyecto ha sido “la apertura de un pozo con capacidad para suministrar agua en cantidad y calidad suficiente, para lo que se han realizado diferentes sondeos profundos desde principios de este año”, ha subrayado la vicerrectora de Internacionalización y Compromiso Global de la Onubense, María Teresa Aceytuno, que ha celebrado el “gran éxito” de esta iniciativa en la que la Onubense va de la mano con Aqualia, una compañía especializada en la gestión del ciclo integral del agua.
“Encontrar agua allí supone un cambio muy importante en la calidad de vida de los habitantes”, ya que, con ello, “se va a proporcionar agua para toda la población, pero también va a servir para abastecer el centro de formación y la escuela pública”, ha proseguido la vicerrectora, que ha mostrado su satisfacción por cómo “se está materializando” esta colaboración.
En esta misma línea, se ha manifestado el director de Cooperación de la UHU, Curro Marín, para quien “este pozo supone un hito para nuestra Universidad”, ya que es “la primera alianza público-privada que hemos realizado, y es una gran satisfacción que sea con la empresa Aqualia, que es un referente en el sector de suministro de agua”, ha detallado.
Marín destaca la importancia de este proyecto para la comunidad de Nandoumari, que necesitaba recorrer entre tres y cuatro kilómetros bajo el rigor de la estación seca, para llegar al punto de suministro de agua más cercano antes de la construcción del pozo, o en el mejor de los casos ir a la aldea vecina de Dande a semejante distancia, “recorrido que hacían las mujeres del pueblo, equipadas con sus chanclas y sus recipientes de agua sobre la cabeza”.
“En este momento, gracias a esta intervención, nos encontramos con que cuentan con un suministro de agua de más de cuatro mil litros por hora, que pueden usar para regar el huerto comunitario y el vivero durante la época seca, lo cual también redunda en una mejora de las condiciones de alimentación de esta aldea y, en definitiva, en la calidad de vida en todos los aspectos”, ha subrayado.
Por último, el director de Cooperación de la Universidad de Huelva se ha mostrado optimista respecto al futuro, “tengo esperanza fundada en que Aqualia siga con esta unión, con esta alianza, con este consorcio que hemos creado, y seamos capaces de dotar de agua al resto de las aldeas que hay en esa meseta, situada en una zona subtropical seca, ya que es fundamental para la pervivencia de unas poblaciones en las que se deja sentir las consecuencias del cambio climático”, ha resaltado.
De otra parte, el profesor titular del Departamento de Ciencias Agroforestales de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (ETSI), Juan Manuel Domingo Santos, ha explicado los detalles del proyecto competitivo financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional al Desarrollo, que ganó la Universidad de Huelva en 2018, en el que “habíamos incluido la construcción de un centro de formación agroforestal” en esta aldea.
“Cuando se inició la construcción, se vio que había un problema de suministro de agua, por lo que se hizo un primer pozo que producía agua para regar las plantas del vivero y que además la población incorporó rápidamente para su suministro. Pero era un pozo excavado manualmente de unos 18 metros de profundidad que a partir del mes de marzo sufría bastante escasez de agua”, ha detallado Domingo Santos.
A continuación, “en un siguiente proyecto planteamos la construcción de un huerto comunitario para la mejora de la soberanía alimentaria de la población”, huerto que “también precisó de la apertura de un pozo”, en este caso de 25 metros, en el cual “también nos pasaba lo mismo, se agotaba al final de la estación seca, y la población ya no podía seguir cultivando”, ha proseguido el profesor titular.
Por ello, “consideramos que era muy importante que este pueblo tuviera un sondeo o pozo profundo con un caudal de agua suficiente para satisfacer esas necesidades básicas y poder regar el huerto, que también es una necesidad básica alimentaria”. El trabajo ha sido muy complicado, estamos en una zona elevada y tuvimos que hacer varias perforaciones antes de conseguir el caudal necesario”, ha concluido.
Por último, el jefe de la Unidad de Gestión Huelva de Aqualia, Enrique Reina Cueto, ha manifestado que para Aqualia “ha sido un auténtico placer” participar en este proyecto. “Hoy es el día de felicitar a la Universidad de Huelva por su trabajo y de darle las gracias por ayudarnos a cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, uno de los pilares fundamentales de nuestra estrategia”, ha remarcado.
“Solucionar el abastecimiento de agua potable a una aldea de esas características y dotarla de 180 litros diarios por habitante, es ponerla al mismo nivel de una ciudad del primer mundo”, ha proseguido Reina Cueto, para quien ha sido “una alianza perfecta y un claro ejemplo de los beneficios que aporta la colaboración público-privada para el cumplimiento de una serie de objetivos que, en este caso, pueden ser: ofrecer agua limpia para todo el mundo y minimizar la contaminación derivada de estos trabajos, por ejemplo, a través de la mejora de la eficiencia energética, ya que el pozo funciona con placas solares”, ha concluido.