La Universidad de Huelva, a través del Vicerrectorado de Coordinación y Agenda 2030, y de su Unidad de Salud, y como institución adherida a la Red Española de Universidades Saludables (REUS), se suma a la conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental (19 de octubre), lanzando un mensaje para concienciar a toda la comunidad universitaria de los “beneficios de promocionar el bienestar emocional, la compasión y la autocompasión para aliviar y acompañarnos en el sufrimiento propio y el de la comunidad”.
Para la celebración de estas efemérides, la Universidad de Huelva acoge una mesa informativa de la Asociación onubense de Familiares y Personas con problemas de Salud Mental (Feafes Huelva), una entidad que celebrará asimismo su III Congreso Internacional de Salud Mental los días 9 y 10 de noviembre. Una cita que llevará por lema ‘Salud mental. Una necesidad, un derecho’, y que se celebrará en la UHU.
La directora de la Unidad de Salud de la Onubense, Begoña García, remarca en este marco la importancia del bienestar emocional, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es un “estado de ánimo en el cual la persona se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, trabajar productivamente y contribuir a la comunidad”. García resalta que en la última década se viene reconociendo la importancia crucial de las emociones sobre el compromiso académico de los estudiantes, y “gozar de bienestar emocional puede parecer, a priori, algo sencillo, pero no lo es”. Begoña García incide en que “debemos trabajar en nuestras emociones para sentirnos bien y tener una vida plena, en la que nos conozcamos a nosotros mismos, seamos capaces de adaptarnos a los vaivenes de la vida y tengamos la flexibilidad necesaria para aprender cosas nuevas. En definitiva, para poder llevar un estilo de vida saludable”.
Asimismo, hace hincapié en la autocompasión, como una “actitud constructiva hacia uno mismo que se caracteriza por tratarse con bondad, reconocer el sufrimiento como parte de la condición humana, y observar con atención plena nuestras emociones, especialmente en situaciones de sufrimiento o al enfrentarnos con nuestros defectos” (Neff, 2003). “La autocompasión –destaca la directora de Salud– es darnos a nosotros mismos el mismo cuidado, consuelo y serenidad que de forma natural hacemos llegar a quienes queremos cuando están sufriendo, cuando fracasan o cuando se sienten inadecuados”.
Desde la Unidad de Salud de la UHU subrayan que “la Universidad, como colectivo promotor de salud emocional y compasivo, pretende provocar un cambio hacia el modelo comunitario que permita la integración de los sistemas sanitario y social, incorporar las comunidades compasivas dentro de las estrategias y programas de salud como un enfoque de salud pública y cuidados paliativos”. De esta manera, aboga por una “universidad que promocione el bienestar emocional, que logre capacitar a su comunidad para saber manejarse en la vida cotidiana y conseguir una óptica positiva de ver el mundo”. Para cumplir estos objetivos requiere de la “sensibilización, capacitación e implicación de los estudiantes y profesionales” para convertirse en personas que “cultiven la empatía, la compasión y el cuidado de las personas que afrontan situaciones difíciles dentro y fuera de la organización” y construir una “sociedad que reconoce sus emociones, comprometida y compasiva”.