Artículo de
Juan Carlos Sierra, Ana Álvarez-Muelas y María del Mar Sánchez-Fuentes
Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamientos de la Universidad de Granada.
La violencia de pareja se define como la violencia física, el abuso emocional-psicológico, la deprivación de libertad y/o la violencia sexual llevada a cabo por una pareja o expareja. Las mujeres son las principales víctimas de este tipo de violencia, estimándose a nivel mundial que un tercio de las mujeres entre 15-49 años han sufrido algún tipo de violencia por parte de sus parejas. Las consecuencias de esta violencia son múltiples y debastadoras, resultando negativas para su salud física y psicológica en general, pero ¿qué consecuencias tiene en el funcionamiento sexual de las mujeres?
Con el propósito de actualizar los efectos de la violencia de pareja sobre la salud sexual de las mujeres, Juan Carlos Sierra, Ana Álvarez-Muelas y María del Mar Sánchez-Fuentes publicaron una revisión sistemática en la revista Current Sexual Health Reports, cuyo objetivo fue revisar la literatura científica de los últimos cinco años interesada en la relación de la violencia de pareja con el funcionamiento sexual, la satisfacción sexual y la satisfacción con la relación en población femenina.
Se consideró una definición amplia de la violencia de pareja, incluyendo tanto la física como la no física (verbal, psicológica). Se incluyeron un total de ocho artículos, lo que se supone un número escaso de trabajos, teniendo en cuenta que la violencia de pareja es un problema mundial de salud pública y una violación de los derechos humanos de las mujeres.
Qué consecuencias tiene la violencia sobre la mujer en su funcionamiento sexual
Los resultados revelan que la experiencia de violencia de pareja en mujeres se asocia con peor funcionamiento sexual, con dificultades en las dimensiones del deseo, la excitación y el orgasmo, resultando perjudicial para su satisfacción sexual y su satisfacción con la relación de pareja.
La mayoría de las investigaciones utilizan instrumentos estandarizados que garantizan la obtención de medidas fiables y válidas. En su mayoría, los estudios incluyen mujeres jóvenes y de mediana edad de la población general, por lo que se recomienda ampliar a otro tipo de poblaciones, con el fin de investigar más a fondo las consecuencias negativas de la violencia de pareja sobre la salud sexual de las mujeres.
Resulta relevante mencionar que estos trabajos incluyen a mujeres de diferentes países de África, América, Asia y Europa, por lo que, a pesar de las diferencias socioculturales, se hace evidente que la violencia de género está presente a nivel mundial.
Se recomienda continuar el análisis del impacto de la violencia de pareja y se señala la urgencia de incluir el funcionamiento sexual, la satisfacción sexual y la satisfacción con la relación de pareja en los programas de prevención e intervención, con el objetivo de promover inversiones efectivas para asegurar el bienestar, la salud y el placer sexual.