Jornada histórica en el Templo del Monasterio de Los Jerónimos en el acto de Graduación de la Primera Promoción del Grado en Medicina de la UCAM. Seis cursos de duro trabajo académico que terminan con la imposición de las becas amarillas oro que relucieron por primera vez en la Universidad Católica. La mesa presidencial estuvo formada José Luis Mendoza, presidente de la UCAM; Josefina García, rectora de la Universidad; Jerónimo Lajara, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud; Pedro Guillén, decano honorario del Grado en Medicina; y Juan Carlos Izpisua, catedrático de Biología del Desarrollo.
En su discurso, José Luis Mendoza quiso hacer hincapié en el momento histórico que suponía el acto: “Sois la primera promoción de médicos de la UCAM. Os quiero felicitar por el gran trabajo que habéis realizado. Vais a ser grandes médicos, para mí la profesión más bella que existe, y aquí contáis con un padrino de lujo en la figura de Juan Carlos Izpisua con el que podréis contar siempre”. Además, resaltó el gran claustro de profesores con el que cuenta la UCAM pero no quiso pasar por alto el carácter católico de la institución que se verá reflejado en el desempeño de estos flamantes graduados: “Cómo médicos estáis a llamados a ser defensores de la vida, desde su concepción natural hasta la llegada de la muerte natural”.
La rectora se dirigió a los alumnos diciéndoles que ahora llegan nuevos objetivos: “Todos los médicos que aquí se forman tienen las competencias para ser grandes profesionales. Y lo seréis. Con vuestro trabajo y vuestro desempeño contribuiréis a hacer grande a esta Universidad y a vuestra titulación”. También hizo alusión a las numerosas dificultades que a la UCAM se le han puesto para implantar y desarrollar esta carrera y refiriéndose a las prácticas en los hospitales públicos, destacó que es sorprendente que sea la propia Administración Regional la que introduzca dudas y una ley injusta por discriminatoria, asegurando que la institución, y especialmente su presidente, ha luchado y lo seguirá haciendo por los derechos de sus estudiantes.
Juan Carlos Izpisua, que ejerció como padrino de esta primera promoción de médicos de la UCAM, ofreció a los jóvenes graduados algunos consejos para su futuro profesional: “Atreveos a cumplir vuestros sueños. Vivid para descubrir. Recordad que la cura empieza en la investigación. Sed siempre positivos y mirad hacia adelante”. Además, les asignó la responsabilidad de “que seáis vosotros los que llevéis a la clínica los resultados que se están obteniendo en el laboratorio. Sé que vais a ser los grandes médicos que la UCAM ha querido formar. Aquí se ofrece una gran formación académica”.
Otra voz de la experiencia fue la de Pedro Guillén, uno de los traumatólogos deportivos más prestigiosos del mundo. El médico archenero quiso compartir algunos de conocimientos con los estudiantes de la UCAM ofreciendo un valioso consejo transmitido desde la experiencia: “Escuchad al paciente. Hay que entenderle y ponerse en su lugar. No hay nada más grande para un médico que la mirada agradecida de un paciente”.
Jerónimo Lajara, que ha vivido este periplo de seis años de la primera promoción de médicos de la UCAM, dirigió unas emocionadas palabras a sus alumnos y a sus familiares: “Todas las dificultades que nos hemos encontrado han sido parte de la mejor formación que puede tener un médico profesional”.
También estuvo cargado de emoción el discurso del representante de los alumnos, Pablo Párraga, quien recordó a sus compañeros que ahora llegan nuevos desafíos: “Hemos hecho un esfuerzo titánico, hemos dudado y nos hemos apoyado. Ahora nos espera el MIR, nuestros caminos se separarán pero cada uno se llevará lo mejor del otro”. Como signo de pertenencia a la Universidad Católica, al final de su discurso depositó el nombre de todos los graduados de la Primera Promoción de Medicina junto a la imagen de la Virgen.
La de Medicina es una carrera vocacional que cuenta con un fuerte componente de arraigo familiar por lo que no es raro ver cómo ha ido pasando la pasión por esta profesión de padres a hijos, de generación en generación. Es algo que se vio en la graduación de la primera promoción de Medicina, ya que si eran muchos los médicos que se graduaban, también los había entre los asistentes. Padres y abuelos que ven a sus hijos y nietos seguir la tradición familiar, mientras que en otros casos había familias que veían por primera vez a un hijo, lograr el reto de graduarse como médico. También hubo una gran representación del cuerpo docente de los médicos que han acompañado a los alumnos en su formación, tanto en el aula como en las prácticas para vivir una jornada que ya es historia para la Universidad Católica de Murcia.