La saliva da la clave para el diagnóstico del COVID persistente en niños

Un equipo liderado por el grupo de Inmunidad, Inflamación y Cáncer en colaboración con el grupo Interlab de la Universidad de Murcia (UMU) ha identificado un conjunto de biomarcadores en la saliva que podría revolucionar el diagnóstico y la evaluación de la gravedad del COVID persistente en niños.

Este nuevo método, publicado en la revista Frontiers in Cellular and Infection Microbiology, supone una nueva forma de afrontar el diagnóstico y tratamiento causado por esta infección entre la población pediátrica afectada, que puede perjudicar gravemente a su desarrollo. Hasta ahora no existía una prueba específica para detectar estas secuelas persistentes. Además, proporciona por primera vez una herramienta para predecir de forma rápida y sencilla si cursará o no la enfermedad y con qué gravedad.

Los investigadores e investigadoras, liderados por Sergio Candel, Victoriano Mulero y María Luisa Cayuela, encontraron una señal en la saliva. Los resultados mostraron que los niños y niñas con esta patología presentaban elevados niveles de biomarcadores oxidantes, mientras que ocurría lo contrario con los biomarcadores relacionados con la respuesta inmunitaria, la capacidad antioxidante y el estrés. Además, usando los niveles de los distintos biomarcadores salivares se desarrollaron modelos predictivos que permiten anticipar cuáles tienen más probabilidades de desarrollar COVID persistente y con qué gravedad, pudiendo así adaptar el seguimiento y tratamiento a cada caso desde un momento muy temprano.

Bio-marcar la ciencia

Este estudio pone en valor la importancia de la detección de enfermedades a través de la saliva, más allá del método de extracción y análisis de sangre, cabello o piel. Los resultados obtenidos abren la puerta a futuras investigaciones dirigidas a explorar el valor diagnóstico y pronóstico de estos biomarcadores para predecir la evolución de esta y otras enfermedades tanto en los niños y niñas afectados como en adultos.

“Esperamos que este avance pueda llevar a la creación de pruebas diagnósticas rápidas y no invasivas, que faciliten la identificación temprana y el manejo. Los resultados obtenidos abren la puerta a futuras investigaciones dirigidas a explorar el valor pronóstico de estos biomarcadores en predecir la evolución de esta enfermedad en los niños afectados”, relata Sergio Candel.

Junto con el equipo de la UMU ha colaborado el Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria Pascual Parrilla (IMIB) y la Unidad de COVID Persistente Pediátrico del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona. “Esta cooperación interdisciplinar ha sido fundamental para alcanzar estos significativos hallazgos”, finaliza la investigadora María Luisa Cayuela.