El estudio encargado por la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente a la empresa estatal Tragsa para la demolición y posterior recuperación del paraje del Algarrobico, en el término municipal de Carboneras (Almería), ha determinado una inversión de 1.498.000 millones de euros para la restauración ambiental de la zona, la cual se acometería una vez finalizada la demolición del proyecto. El coste total de las actuaciones asciende a 7.175.300 euros, entre las que destacan además los 3,9 millones de euros necesarios para la demolición y el tratamiento de los residuos generados por la misma, mientras que se han estimado 304.920 euros para los estudios previos y redacción del proyecto y 217.800 para la dirección de obra y coordinación de seguridad y salud.
Conforme se establece en el mencionado informe, en primer lugar, para la viabilidad del proyecto de demolición y restauración de la zona es necesario resolver la disponibilidad de los terrenos y siempre con un pronunciamiento judicial favorable y firme. Una vez resuelto este aspecto, se elaboraría un anteproyecto que incluiría el acceso por parte de las administraciones al proyecto de construcción del hotel, a conocer in situ el estado actual de las obras y a visitas de inspección. Posteriormente, se definiría el modelo de restauración a llevar a cabo, así como la accesibilidad a la zona de actuación para la ejecución de la topografía al detalle.
Para la ejecución de las obras, se va a tener en cuenta el valor base de cálculo de 43.840 m2 de superficie construida y 142.480 m3 (una altura media de 3,20m) de volumen aparente, ya que es el que se cita en sentencias judiciales ya emitidas.
En cuanto a la descripción de los trabajos, en primer lugar se llevará a cabo el vallado perimetral, la retirada de mobiliario, la limpieza de residuos sólidos urbanos, la desinfección y desratización, así como el desmontaje y las demoliciones con medios mecánicos y manuales. A continuación, las actuaciones de carga y transporte con medios mecánicos dentro del recinto de la obra, desde el lugar de la demolición hasta la zona de acopio. Después, la gestión del residuo in situ o su traslado a vertedero autorizado.
A partir de los valores estimados para la superficie construida y el volumen aparente, se considera un volumen de residuos de construcción y demolición, incluyendo los procedentes de la cimentación, de 60.000 m3.
Los trabajos de restauración ambiental comenzarán una vez finalizados los de demolición y la gestión de los residuos. En este sentido, la restauración se llevará a cabo en los terrenos que han sufrido alteración, tanto por la construcción directa del hotel como por movimientos de tierra o por el trazado del viario. Para ello, se han establecido tres zonas distintas: la zona A, ocupada por el hotel y con una extensión de 3,28 hectáreas; zona B, afectada por movimientos de tierras y la zona C, parcialmente afectada por movimientos de tierras y viario.
El proceso de restauración se llevará a cabo en cuatro etapas: en la primera de ellas (en la zona A y B) se diseñará una geoforma armónica con el paisaje y creación del relieve final. En esta etapa serán claves la pendiente y la creación de la red de drenaje y los principales criterios a tener en cuenta son: la estabilidad geotécnica acorde al riesgo; la adecuada gestión de las aguas afloradas o pluviales y la protección de las geoformas y control de la erosión como consecuencia de precipitaciones excepcionalmente intensas.
La segunda etapa es la de preparación, distribución sobre el terreno y estabilización del substrato. Para ello, hay que proporcionar un substrato edáfico que ayude a recrear esas geoformas, para lo cual es necesario un considerable aporte de terreno que además facilite el desarrollo del tipo de formación vegetal deseado. En esta etapa se contempla la posibilidad de utilizar parte del material de machaqueo procedente de la demolición del hotel (20.000 m3), evitando de esta manera su transporte fuera de la zona afectada. Este material será utilizado en las primeras capas del relleno convenientemente compactado y sobre el mismo se dispondrá terreno natural.
Estas dos primeras etapas de la restauración ambiental tienen un presupuesto de 1 millón de euros.
La tercera etapa, para la que se prevé una inversión de 319.000 euros, consiste en el desarrollo a corto plazo de una cubierta vegetal suficientemente protectora para evitar la erosión del substrato instalado recientemente, intentando fomentar la biodiversidad con el uso de especies autóctonas de la zona.
Por último, la cuarta etapa de la restauración ambiental incluiría el riego de las siembras y plantaciones, control de especies agresivas e invasoras que puedan comprometer la regeneración del ecosistema natural, así como control del posible inicio de procesos de erosión en los taludes. El coste de estas tareas de control y mantenimiento se estima en 84.000 euros.