Este miércoles ha tenido lugar una jornada que ha contado con expertos en este campo de la psicología de Chile, Portugal, Colombia y España.
El grupo de investigación en Ciencias Sociales y de la Salud de la Universidad de Almería ha organizado este miércoles la Jornada de Psicología Jurídica: víctimas y agresores, en la que han participado expertos en esta disciplina de Chile, Portugal, Colombia y España.
Unas jornadas que nacen con vocación de continuidad, realizadas en modalidad mixta en presencial y on-line, que han tenido una gran respuesta de participación con más de 150 inscritos. Juan García García, director del este grupo de investigación de la Universidad de Almería, ha destacado la gran acogida de las jornadas y ha explicado que en ellas se recogen «algunas intervenciones de colegas internacionales que colaboran con este grupo de investigación, que tiene una larga trayectoria en el campo de la psicología jurídica. De hecho, hemos desarrollado proyecto tanto con la Dirección General de Justicia Juvenil como con las instituciones penitenciarias».
Por su parte, Francisco Ontiveros Rodríguez, director general de Justicia Juvenil y Cooperación de la Junta de Andalucía, presente en la inauguración de las jornadas, ha indicado que «este tipo de eventos son importantes porque sirven para formar a profesionales en los servicios de atención a víctimas y en los recursos de justicia juvenil con los que cuenta la Junta de Andalucía«. Ontiveros ha ofrecido algunos datos relevantes como «una bajada en las medidas de internamiento a nivel general, que no solo es achacable a la pandemia, sino también al crecimiento de las medidas puestas en marcha». Y la línea de crecimiento «de violencia filio parental, especialmente en las chicas, para lo que hay unos grupos que están funcionando muy bien, los grupos educativos de convivencia, donde generalmente son tratados estos menores».
Miguel Ángel de la Cruz Márquez, director del Centro Penitenciario de Almería, ha explicado la labor que en este campo se hace en las instituciones penitenciarias. «Si devolvemos a los reclusos al mundo libre, al que necesariamente tiene que volver, en mejores condiciones que lo hicieron cuando ingresaron en prisión, pues sin duda alguna estaremos contribuyendo a que la estadística de delitos se vaya reduciendo progresivamente»
La primera ponente ha sido Alba Ximena Zambrano, profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de la Frontera (Chile), quien ha ofrecido la conferencia ‘Sistema integrado de evaluación de adolescentes infractores de ley, una propuesta desde el MMIDA’. Un sistema de evaluación que permite establecer una ruta de trabajo que sea más efectiva con estos adolescentes.
Este modelo diferencia entre distintos tipos de infractores. «No todos son iguales, no todos necesitan la misma intervención. Hay un grupo grande adolescentes infractores que no requieren mayor intervención porque la infracción más bien se conecta con sus características adolescentes. Y ese comportamiento va a desaparecer en el momento en el que el adolescente note un cierto avance en la etapa».
Sin embargo, hay un pequeño grupo que para el caso chileno alcanza cerca del treinta y algo por ciento y en Canadá alcanza solo el 5 por ciento que son persistentes. «Son los responsables, en el caso canadiense, por ejemplo, del 50 por ciento de los delitos que se cometen. Por lo que es importante intervenir en ese grupo, pero hay que hacerlo de modo especializado, y también diferenciado».
La evaluación permite que los profesionales se orienten en qué tipo de trayectoria está el adolescente y así poder trazarle una ruta en la intervención según sus circunstancias: factores de riesgo (personales, familiares o de la comunidad en la que vive) o problemas de salud mental.
En la jornada también ha participado Estefanía Valle, psicóloga del Centro Penitenciario de Almería con la conferencia ‘Programas de intervención en violencia de género en prisiones españolas desde una doble óptica: hombres agresores y mujeres víctimas’.
«En el caso de las víctimas, buscamos que sean capaces de identificar qué les lleva a ser una mujer maltratada. No situando en ella la responsabilidad de lo que les ocurre (la responsabilidad del maltratador), pero sí dándoles herramientas para que sepan identificar y responder como es debido a esa situación y, por supuesto, que conozcan los recursos que tenemos en la comunidad para ellas»
Con el maltratador lo que hacen es «identificar y trabajar con aquellos factores que los estudios previamente revelan que son importantes o que de alguna manera condicionan el hecho de que una persona en un momento dado pueda ejercer violencia con respecto a su pareja, como puede ser la falta de empatía, la falta de autocontrol, la presencia de distorsiones cognitivas con respecto a lo que son las relaciones de pareja, qué es la violencia, cuál es el rol de la mujer…Todo eso se va trabajando de una manera profunda y terapéutica hasta conseguir que ellos mismos saquen la conclusión de que las relaciones de pareja que establecen, aparte de delictivas, son violentas, poco sanas y, por supuesto, entiendan que no pueden relacionarse de esa manera».