Para alcanzar este objetivo, el Plan contempla la modernización de regadíos y el incrementeo de recursos por desalación de aguas marinas, así como la reutilización de aguas depuradas.
Los objetivos que plantea el Plan pasan por conseguir el buen estado de las masas de agua, la protección del dominio público hidráulico, satisfacer las demandas de agua y conseguir el equilibrio y armonización del desarrollo regional y sectorial.
Almería recibirá una inversión de 1.041 millones, de los que 691 serán para resolver problemas de satisfacción de las demandas, 251 para lucha contra la contaminación puntual, 19 para la recuperación ambiental, 79 para defensa frente a las avenidas y lucha contra las sequías y 1,3 en mejora del conocimiento y la gobernanza del medio hídrico.
Entre las actuaciones más importantes cabe señalar las obras de mejora del embalse de Benínar; la desaladora del Campo de Dalías y obras complementarias: la ampliación de diversas depuradoras en el Poniente, Bajo Andarax, Campo de Níjar y Levante Almeriense; el proyecto de desagüe de la Balsa del Sapo; la mejora y modernización de regadíos intensivos y del interior provincial, y las conducciones desde la desaladora de Carboneras al Campo de Tabernas y a los Llanos de Almería, entre otras.