Hoy es el Día Nacional de la Cefalea, término usado para designar cualquier dolor de cabeza que es la forma más frecuente de dolor en el ser humano. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), hasta un 89% de la población masculina y un 99% de la femenina asegura haber padecido alguna vez dolores de cabeza.
Existen más de 200 tipos de dolor de cabeza, que se dividen en tres grandes grupos: cefaleas primarias, cuando el dolor no está asociado a ninguna lesión en el sistema nervioso; cefaleas secundarias, cuando se debe a lesiones en el sistema nervioso o a otras enfermedades; y las neuralgias, cuando el dolor se localiza en el territorio de un nervio.
“La migraña y la cefalea tipo tensión son los tipos de cefalea primaria más frecuentes. La neuralgia más conocida es la neuralgia trigeminal, que se produce por la irritación del nervio trigémino que se ocupa de la sensibilidad facial. Y, a modo de ejemplo, entre las cefaleas secundarias se podría destacar el dolor de cabeza que se produce como consecuencia de que la persona padece una hemorragia cerebral o una sinusitis”, explica el Dr. Pablo Irimia, Coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología.
Dolores benignos
Puesto que la mayor parte de los dolores de cabeza son benignos, cuando se trata de un dolor de cabeza ocasional, no es necesario acudir al médico, pero sí cuando es recurrente e incapacitante para la vida diaria o cuando pueda tratarse de un síntoma que señale a una urgencia médica.
Aunque las cefaleas primarias sean benignas esto no significa que éstas no puedan ser discapacitantes. Para muchos pacientes, las crisis de dolor de cabeza provocan un gran impacto en su funcionamiento diario y pueden llegar a afectar seriamente a diversos aspectos físicos, emocionales y/o sociales.
Algo que se hace aún más evidente cuando el dolor de cabeza se cronifica. Una cefalea primaria es crónica cuando los pacientes experimentan dolor de cabeza más de 15 días al mes y, según datos de la SEN, más de un 4% de la población española, es decir, más de 2 millones de personas, sufren algún tipo de cefalea primaria de forma crónica.
Existen muchos tipos de cefaleas primarias que se diagnostican basándose en aspectos como las características del dolor, su localización y la presencia o no de otros síntomas asociados. Pero todas ellas se caracterizan porque, con un diagnóstico y un tratamiento correcto, sin caer en la automedicación, es posible llegar a controlar la enfermedad y sobre todo, evitar que ésta se cronifique.
Diagnóstico y tratamientos
“El primer paso para un correcto abordaje de cualquier dolor de cabeza primario es identificar los posibles factores desencadenantes. Aspectos como el estrés, cambios en la dieta, en el tiempo que se dedica al sueño, entre otros muchos, son aspectos que pueden tener mucha influencia en la aparición de una crisis de dolor de cabeza. Por esa razón es importante que los pacientes traten de identificar y evitar estos factores y que lleven una vida ordenada y regular”, destaca el Dr. Pablo Irimia.
Existen muchos tratamientos farmacológicos y no farmacológicos para las cefaleas primarias. Algunos sirven como tratamientos preventivos, evitando que se produzcan crisis de dolor de cabeza, y otros son sintomáticos, que ayudan a mitigar el dolor cuando éste se hace presente. Pero no todos los tratamientos disponibles son válidos para todos los tipos de dolor de cabeza, ni éstos son efectivos en todos los pacientes.
«Cuando no se trate de un dolor de cabeza esporádico, es importante insistir en la necesidad de acudir al médico para obtener un diagnóstico y un tratamiento adecuado para el tipo de dolor de cabeza y las características de cada paciente. Solo así se conseguirá controlar mejor la enfermedad y evitar que se cronifque”, concluye el Dr. Pablo Irimia.