La Línea, la ciudad lineal de 170 kilómetros que Arabia Saudí pretende construir en la región costera de Tabuk, al noroeste de la península y cercana al Mar Rojo, para albergar a nueve millones de personas, puede producir graves impactos en la vida silvestre de la zona. Así lo han advertido los investigadores Rafael Navarro Cerrillo, de la Universidad de Córdoba, y Carlos A. Rivas Cobo, de la Universidad Técnica de Manabí (Ecuador), en una carta publicada en la revista Science en la que defienden que Arabia Saudí debería revisar sus planes apostando por una forma circular o irregular que permitiera a la vida silvestre sortear el área más fácilmente.
La ciudad, que el país promociona como ejemplo de habitabilidad y sostenibilidad por el uso de energías renovables, la eliminación de los automóviles y el empleo de un tren de alta velocidad como medio de transporte principal, está proyectada con dos líneas paralelas de edificios de 500 metros de altura. Según los investigadores, este diseño, que ya había sido criticado desde la perspectiva de la planificación urbana, no es respetuoso con el medio ambiente.
Como proponen los investigadores, La Línea podría poner en riesgo a las aves migratorias, que frecuentemente vuelan a través de la región. Así, la ciudad podía convertirse en una trampa de rascacielos de fachadas de vidrio, con las que las aves pueden colisionar si son atraídas por las áreas boscosas o por las luces nocturnas, algo que ya causa cientos de millones de muertes de aves cada año en Estados Unidos y Canadá. Y si las aves evitan la luz, la ciudad podría alterar sus rutas migratorias.
Además, la linealidad de la ciudad no tiene en cuenta la fragmentación del hábitat y la pérdida de conectividad de áreas de importancia para la biodiversidad de los ecosistemas hiperáridos de Arabia Saudí.
Los investigadores argumentan que una forma circular o más irregular mejoraría la habitabilidad de la ciudad, ayudaría a mitigar el impacto sobre la vida silvestre y facilitaría la creación de una red ecológica que promovería la conectividad tanto dentro de la ciudad como el movimiento sin obstáculos de especies que atraviesan el entorno urbano. Por ello, sugieren que Arabia Saudí debería adoptar un diseño más respetuoso con el medio ambiente.