En torno a 5.000 mujeres son diagnosticadas cada año de cáncer de mama posparto, una enfermedad que se presenta diez años después del último alumbramiento. Este tumor de características moleculares propias es difícil de detectar de forma anticipada, por eso, investigadores buscan señales que permitan anticiparse a su desarrollo. Y parece que esos avisos pueden estar en la leche materna, tal y como se trata de desvelar con el proyecto Hera, para la identificación de biomarcadores que permitan el diagnóstico precoz del cáncer de mama posparto.
El proyecto, que está impulsado por el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC), se está extendiendo a nivel regional. Necesita contar con al menos 2.000 muestras de mujeres lactantes, por lo que se han dispuesto puntos de recogida en todas las provincias andaluzas. Hasta el momento, con 1.800 donaciones, se ha logrado el 90% de la captación requerida para llevar a cabo esta investigación.
Se trata, asimismo, de un proyecto transversal que implica a profesionales sanitarios de diferentes centros, investigadores y empresas del ámbito biosanitario, así como a asociaciones y colectivos relacionados con la lactancia. Especial mención merecen todas las madres que han donado su leche y parte de su tiempo para aportar su granito de arena a esta investigación.
Por qué la leche materna es un fluido adecuado para detectar el cáncer de mama posparto
El Investigador principal del proyecto y coordinador de investigaciones científicas del IMIBIC, Juan de la Haba, se ha referido a diferentes líneas de investigación sobre lactancia y cáncer de mama. Entre ellas se encuentra la identificación de indicadores moleculares que puedan ayudar a predecir la aparición del cáncer a través de la leche materna. “Este alimento, que contiene una rica mezcla de biomoléculas, proporciona un medio único para detectar cambios celulares que podrían indicar el desarrollo temprano de cáncer. El objetivo final de este proyecto sería llegar a desarrollar un test robusto como la prueba del talón, que nos permitiera con solo una o dos gotitas de leche llegar a identificar que esa mujer puede llegar a desarrollar un cáncer de mama posparto y al mismo tiempo, llegar a desarrollar tratamientos personalizados para su tratamiento” explica el Dr. de la Haba
El cáncer de mama posparto, definido como aquel que se diagnostica hasta 10 años después de haber sido madre, presenta una creciente incidencia y un pronóstico especialmente agresivo comparado con otros tipos de cánceres de mama, llegando a suponer el 60% del cáncer de mama diagnosticado en mujeres menores de 45 años.
La capacidad de identificar a las mujeres en riesgo antes de que se manifieste la enfermedad abre nuevas vías para el diagnóstico precoz, la prevención y el tratamiento personalizado, lo cual es fundamental para mejorar los resultados del tratamiento y la supervivencia.